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Sí, somos nuestro peor enemigo. No te quepa la menor duda. Los obstáculos no están afuera sino en nuestra mente. Pero cuesta tomar conciencia de esta certeza. Y es absolutamente necesario para dar el primer paso que te sacará de donde estás.

Así me ha pasado a mí, y es lo que cuento en Por si te pierdes: palabras-brújula para reencontrarse.

Estamos perdidos cuando sentimos una cosa, pero pensamos y hacemos otra. Entonces ocurre que estamos desalineados. No encajamos en nosotros mismos. Y todo porque vivimos prisioneros en una cárcel que nosotros nos hemos autoconstruído. Los ladrillos los hemos cogido de una manera de ver las cosas que, un día,  decidimos creer que era la buena y la nuestra. ¿Y sabes qué? Que lo único que hace es sabotearnos, machacarnos y dolernos. 

Es esa voz interior que te dice que eres pequeño, que tienes que aprender a conformarte, que has de ser como todo el mundo, que nadie te ayudará…No voy a seguir porque no merece la pena. Son creencias, primero, FALSAS, porque lo real, lo verdadero, lo auténtico y lo puro jamás hace sufrir. Y además de ser falsedades, nos condenan a la infelicidad, porque nos alejan de la extraordinaria aventura que es la vida.

Estar viva, estar vivo es lo más grande que nos ocurre. Somos absolutamente valiosos por vivir: no nos falta nada, porque la vida es todo. Cada vez que hago de este sentimiento una vivencia plena, consciente, «con todos los sentidos» — como diría mi madre, que hoy es su cumpleaños — me lleno de entusiasmo, de alegría, de pasión. Siento realmente quién soy, se disuelven todas las capas que me sobran, y experimento que, en esencia, todos ya somos perfectos.

Ésta es, al menos para mí, una de las enseñanzas más valiosas que te encontrarás en Por si te pierdes: palabras-brújula para reencontrarse.

¿Cómo he planteado el libro?

Para reencontrarme busqué ayuda en el coaching. Hice un proceso con varias sesiones. Mi guía y acompañante fue, como no me canso de decir, la extraordinaria Mònica Fusté.  Lo que aprendí en cada una de esas sesiones lo he convertido en un pequeño relato. Así pues, el libro es un conjunto de relatos. Su orden cronológico coincide con el de las sesiones, es decir, el aprendizaje que encierra cada relato responde a la misma evolución que tuve en el proceso de coaching.

Son relatos de ficción, porque es más fácil dejarse empapar por la metáfora, y están llenos de verdad. Al final de cada relato, y, buscando lo práctico, he recogido, a modo de ítems esquemáticos, las enseñanzas que se pueden extraer. Por si queremos acudir a ellas en cualquier momento, con un sólo golpe de vista.

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