En medio de la fiesta y su vorágine te escribo para que te acuerdes del silencio. De tu silencio interior.
Para un momento y respira. Toma aire con profundidad, varias veces.
Ya lo hemos hecho otras veces en este blog y ahora te invito de nuevo a que lo hagas.
Imagina una esfera de luz en tu corazón. Vibra al ritmo de tus latidos.
Un rayo de luz sale de esa esfera, sube por tu cuello, por tu cabeza, sale por el tejado de tu casa, atraviesa la atmósfera, deja atrás nuestro planeta azul, atraviesa otros planetas y otras galaxias hasta llegar a otra enorme esfera de luz. Es el corazón del Universo. Conéctate con él.
Ahora, de la esfera de luz que hay en tu corazón, vuelve a salir otro rayo luminoso. Esta vez baja por tu pierna, sale por el pie, se mete en la tierra y va profundizando hasta que llega a otra hermosa esfera de luz. Es el corazón de la Tierra. Conéctate a él.
Siéntete un puente de luz.
Desde tu corazón date cuenta de que eres un puente de luz entre el cielo y la tierra. Eso es todo.
No es necesario que hagas nada. No se espera nada de ti. Ya eres lo que has de ser. No necesitas más. Lo tienes todo. No te creas ninguno de esos mensajes que te hacen sentirte incompleta. Eres plena, completa, total.
Deja que el silencio se haga en ti para vaciarte de todo el ruido interior. Sólo siente la luz.
Mira lo que dice Thich Nhat Hanh, maestro zen vietnamita, poeta y activista por la paz:
«Cuando surge el noble silencio, puedes caminar, estar sentado o disfrutar de la comida. Este tipo de silencio te da una libertad absoluta que te permite disfrutar de estar vivo y apreciar todas las maravillas de la vida. Te ayuda a curarte, tanto a nivel mental como físico. En ese silencio eres capaz de ser, de estar ahí, vivo».
Te deseo que el próximo año sientas, cada vez que lo necesites, ese silencio interior, que te llene de paz, de armonía, de ilusión, de pasión por lo que amas, de creatividad, de libertad personal, de disfrute intenso de las maravillas de la vida.
Te deseo que seas más y más consciente de que eres un hermoso puente de luz. Canálizala, brilla con ella y enfócala hacia los demás corazones que también son puente de luz. Siente que somos la misma luz: la única.
Y, para terminar, vuelvo a las sabias palabras de Thich Nhat Hanh:
«La plena conciencia te da el espacio interior y la quietud para mirar dentro de ti, para descubrir quién eres y qué quieres hacer con tu vida. Ya no sentirás el vano deseo de perseguir una cosa tras otra. La vida está llena de maravillas. Si logras estar aquí, en el presente, y ser libre, serás feliz en este mismo instante. No necesitas perseguir nada para serlo».
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¡Gracias por los regalitos navideños! 🙂
Feliz y consciente 2017!!
Muchas gracias a ti, por tu gratitud 🙂 Me da alegría.
También te deseo, Silvia, que atraigas lo mejor en el próximo año.
Me gusta tu frase: ¡¡ Feliz y consciente 2017 !!
Besos 🙂