A LAS MUJERES BRILLANTES QUE HAY EN TI
Hace unos días alguien habló de un libro sobre mujeres brillantes. Recogía la historia de mujeres que habían hecho camino en la ciencia, las letras, las artes, el deporte…o en cualquier otro ámbito donde sus huellas se habían invisibilizado y olvidado simple y llanamente por ser mujeres.
Me puse a pensar, entonces, en las mujeres brillantes y, de pronto, tuve la necesidad de reconocer una brillantez más profunda, que no tiene que ver con eso que llamamos carrera exitosa y que, a menudo, idolatramos demasiado.
El brillo que me interesa no es superficial, es permanente e inalterable, porque nace de un lugar donde no importa lo que se tiene, lo que se hace o lo que se triunfa. Nace del territorio del ser. Entonces, me di cuenta de que quería hablar de esas mujeres brillantes, que resplandecen porque son, porque somos. Quizás te reconozcas en algunas de ellas.
Hay mujeres que dan pero que tienen la sensación de que no reciben. Sin embargo, resplandecen, porque han sido capaces de descubrir que ese vacío que sienten es el único territorio donde puede ocurrir su renacer.
Mujeres solas, cubiertas de abandono, que en la soledad comienzan a mirarse a sí mismas y, de pronto, se enamoran de su compañía y se dan cuenta de que su magia es solo suya, siempre las acompaña, pase lo que pase. Se vuelven deslumbrantes, caminan erguidas y aprenden a sentirse merecedoras de felicidad.
Mujeres hartas de que las etiqueten de raras, diferentes o locas, un dedo acusador que las oprime y que no tolera su manera de estar en el mundo, pero son resplandecientes porque saben que su historia es única en el universo. Han aprendido que las opiniones no son más que perspectivas, y que cada uno está en un lugar del camino porque la evolución en las personas nunca es al mismo tiempo. Brillan porque comprenden que hay quien no está preparado para encontrar tesoros porque no sabría qué hacer con ellos.
Mujeres a las que les visita el dolor y le ponen una mantita en su pecho para acogerlo o lo cargan a la espalda. Son brillantes porque aunque estén pasando por experiencias duras son capaces de aprender algo de ellas. Reciben al dolor como un maestro y se vuelven luminosas al descubrir que los instantes de felicidad están en todas partes, también en lo difícil.
Mujeres que ya no pueden más, que no saben por dónde tirar o cómo hacer con un problema. Son relumbrantes porque no tienen miedo a abrirse de par en par y, con humildad, pedir a Dios o al Universo, que tomen su carga, que hagan de ella lo que quieran porque recibirán esa solución con alegría, como la mejor para ellas y para su entorno. Brillan porque confían y aceptan.
Mujeres que se han caído, que apenas podían sostenerse porque estaban rotas, mujeres que han querido diluirse en el río de sus lágrimas cálidas y saladas. Son esplendorosas porque le han tendido la mano al coraje y han asumido que duela lo que tenga que doler, que pase lo que tenga que pasar, que llegue quien tenga que llegar y que se vaya quien se tenga que ir. Resplandecen porque dicen sí a la vida.
Son innumerables las mujeres brillantes. Viven en ti, en tus hijas, en tus hermanas, en tu madre, en tu abuela, en tus amigas…En todos los seres humanos. No suelen salir en los libros. Por eso he querido acogerlas entre estas líneas para honrarlas.
No quiero dejarme a las mujeres que han aprendido a poner límites. Mujeres que se han alejado de las personas que solo llegaban a ellas para compartir quejas, críticas o problemas y que han decidido que no utilicen su mente como un cubo de basura. Son brillantes porque han empezado a proteger su paz y evitan lugares y personas que les hacen sentirse incómodas. Relucen porque han aprendido a elegir las batallas y tienen claro que no todo el mundo merece su atención y mucho menos su compañía.
Neka dice
Garbi,te has salido!creo que es lo mejor que he leido en mucho tiempo!
Me encanta porque vuelves a la escritura con mucha fuerza.
Qué vivan las personas que saben que brillar!
Mucha fuerza,buen camino😘😘
Palabras a la Vida dice
Muchas gracias, Neka, porque me ves con muy buenos ojos. Perdona por tardar tanto en responderte. Me acabo de dar cuenta de que aún tenía comentarios sin agradecer. Muchas gracias por tus palabras de aliento 🙂
Marjorie dice
Excelente reflexión. En uno u otro momento todas somos esas mujeres, que vamos por la vida creciendo cada día un poco más y encontrándonos con nosotras mismas en el camino de la Luz y el Amor.
Bendiciones de Abundancia por tan sabias y alentadoras palabras. Gracias. Gracias. Gracias
Palabras a la Vida dice
Muchísimas gracias a ti, Marjorie. Las palabras son como las semillas. Te han llegado porque en ti hay un suelo fértil. Eres una mujer brillante 🙂 Un abrazo!!