El viento sopla tras las ventanas. Y cuando llama a los cristales de la noche, siempre pregunta.
Los corazones dolidos que lo escuchan se agarran al silbato de un último tren para escapar a la respuesta.
«¿Por qué os cuesta tanto a los humanos responsabilizaros de vuestra propia vida?» -preguntan una y otra vez las rachas nocturnas que golpean las ventanas-
Nadie responde hasta que en el horizonte asoma la luna. Le han borrado el trozo que hace unos días la volvía llena y en ese viaje menguante se vuelve más y más esencial.
No lo dice pero la luna sabe que responsabilizarse de la vida es ser responsables de lo que pensamos, de lo que sentimos, de lo que hacemos. Y eso significa que elegimos. LIBERTAD.
Ante lo que nos ocurre ahí fuera, somos cada uno de nosotros quien elige pensar una cosa u otra, sentir de esta manera o de aquella y actuar así o de otra forma. Eso implica ser responsable: ejercer la libertad de elegir nuestras respuestas, porque nadie más que cada uno lleva las riendas de su vida.
Se acabó la queja y el lamento; se terminó el echar balones fuera, el buscar siempre en los demás a los culpables de todo. Es la despedida de la víctima, que en lugar de ser libre y responsable, todo lo dramatiza y culpabiliza al resto del mundo.
Es el adiós del verdugo, que en lugar de ser libre y responsable, prefiere machacar y machacarse con su «esto es así porque lo digo yo».
Es el hasta nunca del salvador, que en lugar de ser libre y responsable y atenderse en primer lugar a él, se pierde de sí mismo intentando salvar al resto del planeta.
Llevar las riendas de la propia vida, responsabilizarse en profundidad de ella, de lo que pensamos, sentimos y actuamos, es tan sencillo como pararse, experimentarse y ser HONESTO con uno mismo.
No hay nada más grande y más puro que esa libertad. A partir de ese momento te entregas a la paz interior.
«No tengas miedo a las tinieblas -dijo la luna- Llevas la luz dentro de tí»
En ese momento, el claro de luna, iluminó el grafitti en uno de los muros de la gran ciudad:
«Esta mañana no sabía qué ponerme…..y me he puesto FELIZ»
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