«TENER BUEN CORAZÓN, TE HACE FELIZ»
Recetas de un monje budista para la felicidad
A un monje budista le preguntaron en una conferencia cómo se construye la felicidad.
«Día a día», respondió y luego rió de una manera muy contagiosa.
Su respuesta me recordó al famoso dicho futbolístico «partido a partido».
Continuó explicando que la felicidad de una vida no se construye de un día para otro; una no es feliz de ayer para hoy. Es una tarea constante, de cada día, de cada momento, de «cada partido», como dicen los locutores deportivos.
Todos tenemos problemas. No hay nadie que viva sin ellos. Pero no es necesario pensar todo el tiempo en los problemas, decía el monje.
En lugar de eso, él proponía una acción positiva. Se trata de dejar de lado por unos instantes el problema y pasar a hacer algo que sea positivo y bueno para ti misma y para los demás. Me encantó este consejo. Lo estoy practicando y mejora mucho el ánimo.
Cada vez que actuamos con bondad, de manera alegre y amable, nos sentimos un poquito más felices. Los problemas dejan de ser el centro y pierden fuerza, hasta que un día llega la aceptación.
Esta era la explicación del monje y su receta para la felicidad, en la que insistía una y otra vez: ser buenas personas, tener un corazón bondadoso, sonreír, ser amables con los demás y ver las cosas en positivo, sin quejarnos tanto.
Esta actitud, reconocía el monje, no es sencilla. «Las cosas buenas –dijo– no son fáciles, sin embargo, las cosas malas, como juzgar o criticar, sí lo son».
Para evolucionar y ser mejores personas, explicaba, necesitamos ánimo y coraje. La bondad requiere de nuestro esfuerzo y de nuestro arrojo. Es importante tenerlo presente para no tirar la toalla y para no perder de vista que de esta manera estamos construyendo felicidad.
También habló de las emociones. Hay emociones saludables, que nos reportan beneficios y que son estables, porque no las vivimos en forma de picos.
Otras emociones, sin embargo, nos dañan. Son emociones perturbadoras.
Las emociones saludables hemos de reforzarlas. Esta es otra receta para la felicidad. Debemos nutrirlas, regarlas y abonarlas para que crezcan.
Ante las emociones perturbadoras, hemos de preguntarnos qué hay detrás de lo que sentimos, qué es lo que estamos necesitando satisfacer. A menudo creemos que esas emociones nos llevarán a conseguir lo que buscamos. Pero resulta que son estrategias equivocadas.
Las emociones perturbadoras en lugar de conectarnos con la vida y con los demás, nos separan. Nos hacen sentirnos aisladas, divididas, incompletas. Son emociones que no solucionan nada porque nos hacen daño.
¿Qué hacer con estas emociones dañinas? NO INVOLUCRARSE –esa fue la respuesta del monje–.
Es muy importante no involucrarse porque si nos fundimos con ellas nos arrastran y nos meten en su estrategia de confusión.
El otro día una persona hizo un comentario que pudo haberme resultado hiriente pero me acordé del monje budista y decidí no involucrarme en lo que acababa de oír. Simplemente lo escuché y luego decidí que eso no iba conmigo. Lo dejé pasar y ¡funcionó!
No te involucres con lo que te pueda hacer daño. Es la última receta que rescato del monje budista.
Como decía en su charla, se trata de que mañana seamos un poquito más felices que hoy.
«Solo un poquito más y, si no es posible, igual de felices, pero nunca menos». Y volvió a terminar su frase con una sonora carcajada llena de vitalidad.
María dice
Mil gracias Garbi, por invitarnos a reflexionar sobre la felicidad y por todas las palabras que honran a la vida que nos regalas siempre ❤
Gracias por compartir recetas para que sigamos buscando en nuestro interior qué es para cada uno de nosotros la felicidad. Estoy de acuerdo en que es un caminito que se recorre momento a momento, con mucha observación, paciencia y aceptación, sobre todo para perdonarnos por todo lo que considerábamos que de manera externa nos podía aportar felicidad, pues felicidad es lo que somos «de serie». Pero cómo cuesta a veces derribar nuestras creencias sobre lo que la felicidad es y la «forma» que tiene que adoptar en nuestra realidad (según nuestras expectativas claro!). Gracias de nuevo por este espacio de reflexión. Un abrazo grande.
Palabras a la Vida dice
¡¡ Oh, María, muchísimas gracias a ti !!
Me parece muy bonita tu idea de que la felicidad «es un caminito que se recorre momento a momento» y me encanta tu recomendación de que lo hagamos con «mucha observación».
Es cierto, hemos de estar atentas para darnos cuenta de cuándo nos apartamos de nuestro caminito, no para cuestionarnos, sino para regresar a él con amabilidad y con suavidad.
Me ha gustado mucho también cuando hablas de la fuerza de las creencias que nos llevan a buscar afuera porque nos han dicho que cuando conseguimos esto, aquello y lo otro, somos felices, pero no es así, porque aunque lo consiguiéramos, después volvería el vacío. Los recursos para la felicidad, como muy bien dices, están dentro de nosotros, ya los tenemos, solo hemos de cultivarlos. Y entre esos recursos están: la capacidad de amar, la generosidad, la bondad, la empatía…Desde el primer momento en que los cultivamos, sentimos felicidad.
Muchas gracias por tus palabras, María.
¡¡ Otro abrazo grande para ti !!
Rocío dice
El secreto de la felicidad es aceptar y acoger todos los acontecimientos, vivencias, experiencias de la vida ( sean buenas o malas…) y las emociones y sentimientos que estas nos provocan sin juzgarlas, siendo conscientes de que todo es importante para nuestra evolución!
Así mismo siempre hay que tener encendida la chispa del corazón, esa motivación, ese impulso, esa llama que nos incita a seguir adelante, a crear, a emprender, a construír y a seguir diciendo sí a la vida con todos sus claroscuros!
Palabras a la Vida dice
¡¡ Hola, Rocío !!
Muchas gracias por compartir tu secreto de la felicidad. Tiene mucha fuerza y es muy hermoso.
Me gusta mucho cuando hablas de «aceptar y acoger sin juzgar». Es una gran receta y me ha venido muy bien que me la recordaras. Tienes razón en que desde una actitud de apertura hacia lo que llega a nuestra vida, es más fácil conectar con la bondad, y la bondad siempre es una puerta a la felicidad.
Y me ha encantado tu recomendación de «mantener encendida la chispa del corazón».
Tienes razón, mantenerlo vivo, despierto, conectar con sus latidos, decirle: «toma tú las riendas, que nadie como tú sabe lo que me hace feliz». Yo también apuesto por nuestros corazones, como maestros de nuestra felicidad.
Muchas gracias por tus reflexiones con tanto corazón.
¡¡ Un abrazo grande !!
Isabel Garcia Garcia dice
La palabra felicidad me gusta por al cantidad de cosas bonitas que la definen. A veces no hay que empeñarse en ser feliz, sino en saber vivir. Mi receta es muy simple: amor y respeto, acompañados de abrazos, risas,..no enredarse demasiado con los pensamientos, dejarse llevar y sorprender por lo que la vida te ofrece dada dia. Eso sí, para que haga efecto, hay que practicar todos los dias.
Gracias a Palabras a la Vida por darnos la oportunidad de pensar y analizar la felicidad de esta forma tan bonita.
Gracias por tu receta querida Garbi, es tan especial que ya la tengo guardada.
Abrazo fuerte.
Palabras a la Vida dice
¡¡ Oh, querida Isabel !! Tu respuesta es una maravilla 🙂
Conecta muy bien el conocimiento de lo que es la vida con el corazón. A eso le llaman sabiduría y tú siempre nos la muestras en tus comentarios. Muchas gracias por compartirlos y por enseñarme tantas cosas.
Me gusta especialmente cuando dices que «no hay que empeñarse en ser feliz sino en saber vivir».
¡¡ Es sublime !! Tienes razón, quizás la felicidad sea el arte de saber vivir, con todo lo que ello implica.
Y tu receta para lograrlo también es muy sabia: «no enredarse en pensamientos», «dejarse llevar y sorprender por la vida»…Son recomendaciones que desde el primer momento en que comienzas a practicarlas, te traen felicidad. Muchísimas gracias.
Y es cierto…Lo comparto contigo: todo se resume en práctica, práctica y más práctica, sin tirar la toalla, recordándonos a cada instante cuál es nuestra motivación, la nuestra, la que nos hace sentir felicidad. Que eso sea como nuestra estrella polar.
Tus palabras sobre la felicidad son un regalo. ¡¡ Un abrazo grande !!
Maria dice
Hola soy Maria, gracias por los post me encantan y me ayudan muchísimo, es necesario conectar para escuchar y expresarnos desde el corazón para ser cada día más felices.
Palabras a la Vida dice
¡¡ Hola, María !!
Muchas gracias por tu aprecio 🙂
No sabes lo que me alegra que los post te sean de ayuda. A mí también me ayuda el escribirlos; me permiten aclarar ideas, integrarlas, aprenderlas…
En nuestro camino por sentirnos mejor son muy importantes el aprendizaje y la práctica. Aprender, aprender, aprender y practicar, practicar y practicar. Es lo que me suelo repetir yo para darme ánimos 🙂
Muchas gracias por estar ahí. ¡¡ Un abrazo grande !!