¿Qué ocurre cuando bailas?. ¿Y, cuando abrazas?. Baila y abraza, y a ver qué pasa.
A las personas nos gusta intercambiarnos trucos, recetas, consejos. «Si haces esto, descansarás mejor; si quieres estar a salvo de resfriados, haz esto otro; si quieres que tu cabello esté fuerte y sano, prueba aquello».
¿Y en lo emocional? En el mundo interior también hay trucos, herramientas o recetas que funcionan. Tienen que ver con eso que se llama «gestión de las emociones».
Es algo que me apasiona porque creo que saber qué sentimos, por qué y cómo desenvolvernos ante esta o aquella emoción, nos facilita mucho la vida.
- Primero, ayuda a quitar dramatismo. «Sé lo que estoy sintiendo y lo acepto». Esta actitud evita que la emoción nos domine. Somos nosotros los que mantenemos las riendas en nuestras manos. Esto es esencial porque si no, el miedo, que es el principal alimento de las emociones negativas, nos engulle y nos quita todo el poder.
- Segundo, nos damos cuenta de que lo que nos pasa a nosotros, les pasa, les ha pasado o les ocurrirá al resto. Los humanos somos muy repetitivos en esto de las emociones. Cambian las circunstancias de lo que nos ocurre, pero lo que sentimos, en esencia, es muy parecido. No somos bichos raros por estar tristes, sentir ira o levantarnos un día con el ánimo por los suelos. Es simple y llanamente nuestro mundo emocional.
Eso sí, hay herramientas o trucos — si queréis llamarlo así — que nos ayudan a salir airosos de esas situaciones de «bajón emocional».
Cecilia es mexicana. De Puebla. No deja de sorprenderme la magia de este mar pixelado — internet — acercando orillas, permitiendo que concurramos las personas por encima de los límites del tiempo y el espacio. Cecilia me ha vuelto a regalar esta sorpresa.
Ella me ha hecho llegar su receta preferida para llenarse de energía. Muchísimas gracias por tu colaboración. ≧^◡^≦
¿Sabéis lo que hace para llenarse de entusiasmo? Se pone su música favorita y baila. Da lo mismo que esté sola. Ella baila y baila, y su energía se dispara.
¿Habéis hecho alguna vez la prueba? Moverte como te pida la música, lanzar un brazo, una pierna, mover la cadera, girar las manos, saltar, brincar, aplaudir…¡Es absolutamente liberador! No hay etiquetas, no hay juicios, todo está bien. En ese momento somos sólo baile y música. Y si te pones frente a un espejo te aseguro que no podrás contener la risa.
¿Sabes por qué funciona? Cecilia lo sabe muy bien. Es un remedio infalible porque el movimiento despierta la alegría. A ella le encanta que nos movamos, si no, se adormila. Cuando bailamos es inevitable que ella, la alegría, entre en acción y quiera expresarse en nosotros. Ésa es su función. Alguien dijo, acertadamente, que la alegría es el alma en movimiento. ¡Bailad, bailad, «benditos»!
También me ha llegado la receta de Maite. Muchísimas gracias por tu aportación. ≧^◡^≦
¿Sabéis cómo pone Maite su energía a mil? Abraza a la gente que ama. Maite sabe que cada abrazo, nos acomoda el alma y que aunque no resuelva un problema, eso es lo de menos. Lo que importa es que la adversidad se empequeñece, porque se da cuenta de que los que se abrazan están juntos, frente a ella.
También me cuenta Maite que ella conoce el lenguaje del cuerpo y que, a través del masaje, sus manos «conversan» con la piel del otro, y ambas personas se llenan de energía.
A Cecilia, a Maite y a todos los que pasáis por este blog ,que es vuestra casa, os quiero enviar hoy el mejor abrazo, el más intenso y agradable del que soy capaz. ¡Animaros a enviarme vuestras recetas emocionales!