¿Cómo te tratas a ti misma?
¿Te juzgas, te comparas, te culpabilizas, te criticas? Es terrible la falta de respeto con que muchas veces nos tratamos a nosotras mismas.
Si te paras un momento y tomas consciencia de la calidad de ese diálogo interior que cada ser humano mantenemos con nosotros mismos, te sonarán algunas de estas frases:
«Ya he vuelto a meter la pata», «no voy a poder con eso», «no estoy a la altura», «¡vaya cara con que me he levantado hoy!»…
Bueno, mejor no seguir, porque seguro que ya te has dado cuenta de a qué me refiero.
Por favor, no te hables así.
Ya está bien de tratarnos de esta manera. Ya está bien de ser nuestras peores enemigas. Primero, porque sólo generas dolor en ti misma. Y eso te ancla, te empequeñece, te victimiza y una mujer así se vuelve esclava de las opiniones de los demás, de las circunstancias que le ocurren y de sus emociones negativas.
Y tú no eres eso: no eres ni las opiniones ajenas, ni las circunstancias que te acontecen ni tus emociones. Tú eres una mujer maravillosa, esplendorosa, libre, capaz y merecedora de llevar las riendas de tu vida y crearla a tu gusto, como a ti te hace feliz. Estás llena de poder para hacerlo, tienes la energía creadora porque estás en conexión con la divinidad — a mí me gusta decirlo así — pero puedes llamarlo, «fuente, energía superior, universo, vida».
Por lo tanto, insisto, no te hables así. Cuando lo haces, estás desactivando todas estas posibilidades que te acabo de contar. ¿Te las vas a perder?
En segundo lugar, si eres tan dura contigo misma, ¿cómo vas a ser con los demás? Si te criticas, te comparas, te culpabilizas, te castigas, te sientes incapaz e insuficiente….lo mismo harás con los demás. Y eso es lo que recibirás de la vida. ¿Duro, eh? Pero es así.
Recuerda la ley de la cosecha. Siembra lo que esperas recoger. Si quieres amor, ama más; si quieres ternura, sé más tierna; si quieres recibir, da más.
Y en tercer lugar, no te hables así porque tú no te lo mereces. Eres merecedora de lo mejor simplemente porque estás viva. Para eso has venido a este mundo.
Trátate siempre con amabilidad y respeto.
EJERCICIO: Te propongo que esta semana estés pendiente de tu diálogo interior y que cada vez que te sorprendas tratándote a ti misma de una manera que te victimiza o te empequeñece, pronuncies mentalmente la palabra «namasté».
«Namasté» es una palabra en sánscrito que se utiliza como saludo. Su significado profundo es «yo me reverencio ante ti». Cuando le dices a otra perona «namasté», estás reconociendo su grandeza y te inclinas hacia ella. Es como decirle «la chispa divina que hay en mí reconoce la chispa divina que hay en ti».
En nuestro ejercicio, nos vamos a decir «namasté» a nosotras mismas para apartar ese diálogo interior con el que nos machacamos y que no nos pertenece.
Cada vez que pronuncies «namasté» será como descorrer una cortina que no te dejaba ver lo que realmente eres, y al hacerlo, al descorrerla, descubrirás toda tu grandeza y, entonces, te reverenciarás ante la chispa divina que hay en ti y que estabas olvidando. Namasté.
El mantra para esta semana y que resume todo esto es:
«Me trato siempre con amabilidad y respeto»
Se acerca el final de año, y como ya hice el pasado, próximamente podréis descargaros como regalo el Calendario de los Mantras 2017, con las preciosas fotografías de Cecilia, una fiel seguidora de Palabras a la Vida desde México.
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Silvia dice
Es verdad, muchas veces (siempre en realidad) somos nuestro peor enemigo. Tenemos que estar siempre conscientes de nuestro diálogo interno, para poder parar el que no nos conviene.
¡gracias por el recordatorio! 🙂
Palabras a la Vida dice
Gracias a ti, Silvia !!
Tienes razón. Es un ejercicio diario para darnos cuenta y pararlo, como dices. La fuerza de la programación mental es grande y requiere que seamos conscientes. Cuestión de entrenamiento 🙂 y de decidir que es prioritario tratarnos como las diosas que somos. Muchas gracias por compartir tu comentario y por tu blog. Lo acabo de visitar y es sensacional. Algunas maravillosas mujeres seguidoras de Palabras a la Vida se están animando a contarnos cómo escriben el guión de sus vidas y están construyendo la vida que les hace feliz. ¿Por qué no te animas? Sé que nos llenarías de una energía muy especial. Un abrazo grande !!