IMPORTA EXPRESAR TU RABIA PLENAMENTE
¿Estás probando a expresarte desde el corazón? Te contaba en el último post el proceso:
Primero, lo que observas, sin juicios, con hechos desnudos.
Segundo, lo que sientes por eso que observas.
Tercero, lo que necesitas, porque detrás de cada sentimiento hay siempre una necesidad y, por último, tu petición, lo que pides a la otra persona para enriquecer tu vida.
Así se construye una comunicación de cercanía y de empatía, basada en las necesidades. Ya sé que cuesta porque estamos acostumbradas a juzgar y a criticar en lugar de centrarnos en nuestras necesidades y las necesidades de los demás. Por eso, reestructurar nuestra manera de expresarnos y de escuchar lleva su tiempo. Date todo el tiempo que necesites, para aprenderlo y para aplicarlo.
Este es un camino de profundización en nosotras mismas y en las relaciones, un camino por el que apostamos de verdad. Así que ¡a por ello!
Estamos reaprendiendo a expresarnos.
¿Quieres aprender ahora qué hacer con la rabia y el enfado?
Te lo voy a explicar siguiendo nuevamente las directrices de la Comunicación No Violenta de Marshall B. Rosenberg.
Primera reflexión interesante: cuando nos enfadamos, insultamos, pegamos un golpe en la mesa o arrojamos algo al suelo, NO estamos expresando plenamente la rabia, la estamos expresando solo superficialmente. ¿Qué te parece?
Necesitamos expresar la rabia PLENAMENTE y eso significa expresarla DESDE EL CORAZÓN –nuestro lugar preferido para la comunicación y para estar en la vida–
¿Y cómo se hace eso? –te estarás preguntando–
Lo primero, primerísimo, es desvincular tu rabia de la persona cuyo comportamiento te ha hecho ponerte rabiosa. Has de tener clarísimo que esa persona o ese comportamiento NO es la causa de tu rabia. Es solo un estímulo. La causa de tu rabia está dentro de ti y es una necesidad no satisfecha.
Si expresamos nuestras necesidades insatisfechas es mucho más probable que podamos satisfacerlas que si nos dedicamos a juzgar, culpar o castigar a otros.
Una vez que asumes esto, aquí están los 4 pasos para expresar plenamente la rabia, según Rosenberg:
1.- DETENERSE Y RESPIRAR.- Toma dos respiraciones profundas y guarda silencio. No te pongas a responder desde la rabia. Cualquier cosa que digas no será de la manera en que querías responder. SSSSSS…Luego lo agradecerás.
2.- IDENTIFICAR LOS PENSAMIENTOS CON JUICIOS.- Aquí vuelves a actuar para tus adentros. Mentalmente tomas nota de todos los juicios y críticas que te ha despertado la situación, sin juzgarlos. Está permitido poner de verde perejil a esa persona y su comportamiento, pero mentalmente. También puedes imaginarte agarrándola del cuello si es lo que te apetece. Insisto, todo en «virtual». Darte a ti misma esta empatía por el enfado y la rabia que estás sintiendo, te permite seguir adelante para expresar la rabia desde el corazón.
3.- CONECTAR CON NUESTRAS NECESIDADES.- Una vez que hemos identificado nuestros juicios los dejamos ir porque lo único que nos producen es más rabia y más violencia. De hecho, sentimos rabia porque enjuiciamos y culpabilizamos al otro y queremos «castigarle». Lo más importante en este tercer paso es tomar conciencia de que detrás de cada juicio y de cada pensamiento violento únicamente hay una necesidad insatisfecha, una necesidad nuestra que no se está viendo satisfecha. Vamos a conectar con ella y vamos a descubrirla.
Para darte pistas, éstos son algunos ejemplos de necesidades: necesidad de comprensión y apoyo; necesidad de protección y seguridad; necesidad de reconocimiento de nuestro valor como persona; necesidad de ser entendida; necesidad de superación personal; necesidad de intimidad; necesidad de mantener un orden; necesidad de ser querida y amada; necesidad de cercanía y conexión emocional; necesidad de ser aceptada; necesidad de participación; necesidad de igualdad ; necesidad de libertad…
4.- EXPRESAR NUESTRAS NECESIDADES.- Date cuenta de que hasta este paso no hemos pronunciado una palabra. Ahora es el momento. Expresamos nuestros sentimientos y nuestras necesidades insatisfechas.
«Me siento…(SENTIMIENTOS) porque necesito..(NECESIDAD) y me gustaría…(PETICIÓN –aquí incluiríamos una petición de una acción concreta y en positivo–) »
Todo este proceso requiere su tiempo y mucha práctica, como dice su autor, Rosenberg. No es sencillo, porque juzgar y culpar se ha convertido en algo «natural» para nosotros. Por eso me he hecho una «chuleta» con los pasos a seguir, para recordarlos cuando esté rabiosa porque en esos momentos lo fácil es dejarse llevar por los viejos patrones…
Mi «chuleta» es la imagen que acompaña a este post y la comparto con vosotras.
En el libro sobre la Comunicación No Violenta que estoy leyendo, hay una persona a la que se le ocurrió esta idea y yo he hecho lo mismo.
La clave en este proceso es el paso 3: CONECTAR CON NUESTRAS NECESIDADES.
¿Qué te parece si hoy practicamos? Es una propuesta que he visto en el libro y me ha encantado.
Te propongo traducir cada juicio en una necesidad insatisfecha. Este es el ejercicio:
1.- Escribe en tu cuaderno juicios que aparecen en tu cabeza empezando con la fórmula «No me gustan las personas que son…»
2.- Cada vez que escribas uno de esos juicios, responde, debajo, por escrito, a esta pregunta: «Cuando enjuicio así a otra persona, ¿qué es lo que estoy necesitando y no obtengo?
Para que te sirva de ejemplo: el otro día me sentó muy mal que el suelo de la ducha del gimnasio estuviera todo encharcado porque la última persona que se duchó no pasó la fregona que está al lado de la ducha, y, siguiendo las pautas del ejercicio, escribí:
«No me gustan las personas que son un desastre y solo van a la suyo» –PENSAMIENTO CON JUICIOS–
«Cuando enjuicio así a otra persona, ¿qué estoy necesitando y no obtengo?»
«Estoy necesitando que se mantenga el orden y sentir que soy tenida en cuenta»
¡PRACTICA! y te entrenarás para encuadrar tu pensamiento en las necesidades insatisfechas en lugar de en los juicios hacia los demás. Y lo más importante: nos estaremos entrenando para expresar nuestra rabia desde el corazón, que es la única manera en que nos puede resultar útil.
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Maria dice
Me ha gustado mucho lo voy a hacer gracias
Palabras a la Vida dice
¡¡ Hola, María !!
Muchas gracias por tu comentario. Me hace mucha ilusión que te sumes a la práctica de la comunicación no violenta.
Somos compañeras de viaje 🙂 y poco a poco nuestra comunicación será cada vez más desde el corazón. Ya lo verás.
¡¡ Un abrazo grande !!
marisa dice
Una lección estupenda para las que somos impulsivas, algo estrictas y nos sobra un poco de mala leche…
Tengo que releerlo despacito y empezar a practicarlo. Seguro que consigo algo más positivo y no solo un cabreo.
Gracias Garbiñe.
Palabras a la Vida dice
¡¡¡ Ohh, Marisa !!! Muchas gracias por tus palabras. Me hacen una ilusión especial porque eres mi amiga del alma 🙂 Tienes razón, las estrategias de la comunicación no violenta (CNV) son muy valiosas para todo el mundo y más, como dices, para las que nos sobra un poco de mala leche…– je,je,je — Es muy importante no herir con las palabras. Yo cuando lo hago me siento fatal; además es una herida, la que dejamos en los demás y en nosotras mismas, que no se cierra tan fácilmente. Por eso es tan importante saber qué hacer con la rabia. Yo ya tengo mi chuleta — ja,ja,ja —
¡¡ Un abrazo muy grande !! Nos vemos a tu vuelta 🙂