¿Escuchas el ritmo verdadero de tu corazón?
Cada uno de nuestros corazones tiene su ritmo pero , muchas veces, lo ignoramos, porque nos entregamos a la tiranía del ritmo que nos imponen. Para darte cuenta de la importancia que tiene respetar tu ritmo natural no tienes más que mirar a la Naturaleza.
Cada planta, cada árbol, cada animal…todos los seres respetan sus ritmos, que resultan de su interacción con la Naturaleza. Todos los seres menos las personas.
A ningún manzano se le ocurre florecer ahora en febrero simplemente porque el agricultor le diga » corre, corre, que tengo prisa por recibir tu cosecha». ¿Te das cuenta del disparate?
Pues nosotras, las personas, cometemos ese disparate un día tras otro. Para unas cosas corremos más de lo que le gusta a nuestro corazón y para otras, menos. Transgredimos nuestro ritmo natural y cuando lo hacemos un día sí y otro también puede ocurrir, como me ha pasado a mí, que el corazón se resiente para que aprendamos a interpretar con amor sus mensajes.
Quiero agradeceros muchísimo vuestras muestras de apoyo y de cariño. Y compartir, además, mis aprendizajes con vosotras, por si os sirven.
Mi amiga Elisa, que me ayuda con las cuestiones técnicas de Palabras a la Vida y de la Escuela de escritura personal de Palabras a la Vida, me habló del libro «Aprende a interpretar con amor los mensajes de tu cuerpo» que ha escrito su hermano Manuel Requena.
En ese libro, que lo acabo de comprar y ya está sobre mi mesa, se habla de esa necesidad de hacer lo que nos place y a nuestro ritmo.
Yo he decidido respetar el verdadero ritmo de mi corazón y darme toda la calma y todo el tiempo que me plazca. Ya está bien del «corre, corre».
«Corre, corre»…¿para qué? ¿Para desoírme, para separarme de mí, para perderme de mi ser? ¡Ni hablar! Eso a mí no me interesa, ¿Y a ti?
Para algunas cosas nos imponen ir más rápidas y para otras, más despacio. Cuando se trata de «obligaciones, cargas, compromisos, productividad»…para todo eso, «¡venga va, corre, deprisa, deprisa, que no hay tiempo!»
¿No hay tiempo para qué? ¿Para vivir desde mi centro? Pues lo tienen claro… Vivir desde mi centro, vivir desde tu centro, desde quien eres de verdad, es lo único para lo que hay tiempo. Es lo único que importa porque si no, estamos muertas en vida. ¿Te das cuenta?
Para ciertas cosas, como ves, no les interesan tanto las prisas. Para el mundo de las emociones, del amor, de la ternura, de la creatividad, para la intimidad…para eso «no hay prisa, puede esperar». Pues no, en lo que te apetezca a ti ir más rápido, mete velocidad de crucero, y en lo que te apetezca ir más despacio, pon el freno. Atiende el verdadero ritmo de tu corazón. Que no nos embauquen con cantos de sirena absolutamente interesados y no en nosotras precisamente, sino todo lo contrario.
La idea se la contaba el otro día a Isabel, una seguidora, como tú, de Palabras a la Vida. Y me dijo que, a partir de ahora, ella también se suma al reto de escuchar el verdadero ritmo de su corazón. ¿Y tú, te apuntas?
Y como dice Manuel Requena en su libro «Tu corazón te dice: estoy aquí, recuerda escuchar tu verdad«. ¿Es hermoso, verdad?
Ya sabes que en Palabras a la Vida me encanta ponerle palabras a todo, pero hay instantes en los que las palabras descansan, se hacen a un lado, ¿sabes por qué? Porque están dejando paso a los abrazos. Es lo que me está pasando ahora contigo. Por eso, he recuperado un regalo que hace un tiempo entregaba con Palabras a la Vida: el pequeño libro de los Abrazos.
¿Nos abrazamos ♥♥? Si cuando te hablan de alguien, te gustaría saber cuál es el color de sus ojos o el tono de su voz, te encantará este pequeño e-book de regalo. Con él disfrutarás doblemente de los abrazos. Para tener este obsequio, has de hacer dos cosas:
- La primera, suscribirte a Palabras a la Vida. Para suscribirte haz CLIC AQUÍ y te llevarás también el regalo de suscripción, que es otro diferente. Luego, descárgate el ebook de los Abrazos haciendo clic en la imagen del final de este post. Si no estás suscrita, insisto, hazo, por favor, y que no te de pereza; el librito de los Abrazos es sólo para las mujeres suscritas.
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Isabel Garcia Garcia dice
Siempre he ido por la vida como una loca… y me he perdido muchas cosas por no saber parar, por no saber mirar, o a lo peor cuando miraba, ya no estaba. Ahora estoy aprendiendo que nada tiene que tener la importancia y la prisa que me obligue a soltar todo y salir corriendo. Ahora soy yo…da igual donde me encuentre, y lo que me pidan… TODO PUEDE ESPERAR. Pero he tenido que caminar mucho para darme cuenta de esto. Me encanta el pequeño libro de abrazos…siii… vamos a abrazarnos!!!. Un abrazo acaricia el alma de la persona que abrazas. Un abrazo muy fuerte Garbi. Un abrazo muy fuerte para la familia de Palabras a la Vida.
Palabras a la Vida dice
¡¡Oh, es precioso lo que cuentas, Isabel !! Me encanta esa declaración que nos compartes «Ahora soy yo, da igual donde me encuentre y lo que me pidan. Todo puede esperar» Muchísimas gracias por esta maravillosa afirmación y por refrescar en cada una de nosotras toda la sabiduría que encierra. Me alegra mucho que te haya gustado el librito de los abrazos 🙂 Muchísimas gracias por ese abrazo tan dulce, para mí y para toda la familia de Palabras a la Vida. Es un honor que tú formes parte de todo este pequeño universo. ¡¡ Un abrazo cálido de esos que hacen cerrar los ojos !!