Aceptación
¿Sabes cuál es el poder de la aceptación?
Yo estoy en una fase de mi vida en la que lo experimento cada vez más y ¡es bestial! Es superpotente.
Contrariamente a lo que pudiera parecer, te permite vivir en paz y muy libre. Porque no hay mayor obstáculo para la paz interior y para la libertad que los apegos.
Cuando rechazamos algo nos estamos apegando a un resultado, al resultado que nosotras queríamos pero que no ha sido.
Esta actitud, además de enfadarnos, frustrarnos y estancarnos, nos roba una gran cantidad de energía, y tú y yo necesitamos toda nuestra energía para hacer lo que amamos y ser quienes somos. ¿Te das cuenta de todos los contras que tiene revolverse contra lo que es?
Aceptar no es someterse ni resignarse. Nada más alejado de eso. Aceptar supone un cambio interno muy profundo, y desde el amor, que requiere de ti una gran dosis de lucidez, consciencia y valentía.
Aceptar te engrandece.
¿Quieres un ejemplo de cómo practicar la aceptación?
El primer paso es observar con honestidad.
Cuando yo tengo una pena, un dolor, una tristeza, un miedo, una angustia, un enfado, una rabia….lo primero que hago es cerrar los ojos, respirar, y ubicar en qué parte de mi cuerpo se está alojando esa sensación.
Puede estar cerca del corazón, en el vientre, en la nuca, en los brazos….donde sea que esté.
No juzgues, ni te des explicaciones, ni describas…Olvídate del pensamiento. Sólo observa y siente.
Siente en profundidad esa sensación, llega hasta el fondo. A mí me ayuda visualizar ese sentimiento como si fuera la raíz de una planta, observo sus ramificaciones, a veces muy profundas y extendidas por esa zona de mi cuerpo donde se ha instalado.
Una vez que has hecho esta observación mediante los sentidos, el siguiente paso es observar CON LOS OJOS DEL CORAZÓN.
Mirar tus miedos, tus penas, tus rabias…con los ojos del corazón significa observarlos con una mirada llena de amor, de ternura, de comprensión.
Con esta expresión sumamente tierna y pura, mira a ese sufrimiento que se ha alojado en tu ser, en tu cuerpo. Es la misma manera de estar que cuando, por ejemplo, acompañas a un niño que se sobresalta con una pesadilla, o que está inquieto porque tiene fiebre…
Observa tu dolor con esa misma actitud cuidadora, entregándole todo tu amor, toda tu comprensión, toda la ternura de que eres capaz….Vive intensamente esta mirada desde el corazón, permite que te llene y que arrope esa parte de ti donde está la tristeza, la frustración, el miedo…
De vez en cuando, y siempre desde el amor, visualiza que estás tirando hacia arriba de ese entramado de raíces con el que antes hemos identificado nuestro dolor. Como cuando quieres sacar una planta de una maceta.
Permite que el amor desapelmace esa «tierra endurecida». Estate ahí una y otra vez, siempre acompañando desde la mirada del corazón. Date el tiempo que necesites.
Normalmente no se necesita mucho tiempo. A mí me basta un ratito para empezar a notar los cambios. ¡Es prodigioso! Te lo aseguro.
Ese dolor, esa rabia, ese miedo…se desenquistan. Y se transforman. Pasan a ser otra cosa. Como cuando una ola se funde en el mar.
De pronto, te das cuenta de que, al mirar lo que te ocurre desde el corazón, le das un espacio de ternura y amor y ahí ocurre el milagro de la aceptación.
Ya no rechazas eso que te incomoda, ni lo ignoras, ni intentas desalojarlo a toda costa o cambiarlo…Cuando lo miras con los ojos del corazón, lo aceptas, le dedicas una sonrisa, y esto significa que le haces hueco, que le estás dando un espacio.
En ese momento, eso que te molestaba, se diluye en el nuevo espacio y se transforma. Pasa a ser otra cosa diferente. Y vuelves a sentirte en paz y libre.
Este es el brutal poder de la aceptación. Es un ejercicio de valentía, honestidad y mucho, mucho amor.
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Maria Virtudes dice
Me cuesta mucho aceptar pero hoy he empezado a intentarlo. Gracias por enseñarme a mirar con el corazón. ???
Palabras a la Vida dice
Muchas gracias de corazón a ti, María Virtudes 🙂
Es cierto, a todos nos cuesta aceptar, porque equivocadamente creemos que es mejor luchar o resistir pues esa es la programación mental que recibimos. Pero cuando aceptamos llegamos mucho más fácil a lo que queremos conseguir y, sobre todo, vivimos en paz, que es el punto de partida imprescindible para estar a gusto y con bienestar.
Muchas gracias por tus palabras tan bonitas.
Tú ya sabes mirar con el corazón y las palabras que aquí has encontrado simplemente te lo han recordado.
¿Sabes que recordar significa en su origen «volver a pasar por el corazón»?
¡¡ Un abrazo !!