Un cuento sobre cómo afrontar y aceptar situaciones de dolor en la vida
– Hemos venido a amar y no lo estamos haciendo.
La mujer chamán había elegido su lugar junto al ciprés y la escuchaba un pequeño grupo de personas.
– No es fácil, cuando cada día he de dejarme la piel buscándome el sustento.
La queja la formuló una mujer ojerosa con un hermoso moño recogido en la nuca.
– A veces usamos los problemas para no movernos de donde estamos. Cada dificultad brota de la interpretación que hacemos de lo que nos ocurre. Aunque casi siempre pensamos que no hay más que una manera de ver las cosas, existen múltiples percepciones. Las creencias desde las que interpretamos las ponemos cada uno de nosotros.
– ¿Qué ocurre si nos abrimos a nuestras dificultades?
La que preguntó era una joven que irradiaba frescura. Daba la sensación de renacer a cada instante.
– Cuando te alineas con tu problema y te permites sentirlo se te revelan caras ocultas que no verías de otra manera. Si te abres a tu problema, sentirás dolor pero no sufrirás.
– ¿Cuál es la diferencia?, quiso saber la joven.
– Sufrir es el acto de huir del dolor de tu presente. Nace del rechazo a tu realidad. Cuando entras en esa dinámica -explicó la chamán- te preguntas una y otra vez lo mismo, y una y otra vez, tienes las mismas respuestas. La mente parlanchina siempre te llevará a creer que la única solución es conseguir lo que no tienes, lo que te falta. Así sólo se ahonda el problema. El abismo que surge entre ti y tu instante de felicidad se vuelve entonces inmenso.
La tarde caía. La sombra del ciprés se había vuelto infinita y el grupo buscó junto al muro de piedra el calor dorado de los últimos rayos de sol.
– Cuando tú eres honesto -recapituló la chamán- y te alineas con tus problemas y con la vida misma, empezarás a darte de manera natural. Obviamente no podrás entregar lo que te pide tu mente, pero sí darás otra cosa, aquello que sí tienes.Es la aceptación. Cuando aceptas el dolor en paz y observas lo que ocurre, algo se mueve. Ya no hay bloqueos y se pone en camino lo que tenga que llegar.
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