COSAS PEQUEÑAS Y FILOSOFÍA FELINA
Me gustan los días de fiesta para no hacer nada de lo que solemos considerar productivo. Para dedicarme a las cosas pequeñas, que parecen insignificantes pero están llenas de sentido.
Con esta actitud, estaba esta mañana lavando los cacharros del desayuno y luego me he puesto a limpiar las bayetas de la cocina. Me gusta frotarlas con una pastilla gruesa de jabón. Es algo que hacía mi madre, y en ese gesto, acompañado del aroma del jabón, me reconozco en ella. Creo que en los hogares se deposita una esencia familiar que se construye con costumbres heredadas, casi siempre de madres a hijas.
Me han explicado que meditación, viene de meditatio, que significa estar en el centro. Pienso que hacer las tareas cotidianas con dedicación nos pone en ese camino que lleva al centro porque nos ayuda a estar en lo que estamos, a vivir el momento. Poner el corazón en las manos y hacer las cosas con cariño es espiritual porque alimenta el alma.
Estaba yo en mis tareas, cuando ha venido la Mitxi. Es así como más nombramos a nuestra gatita, a la que también llamamos Mía, Kokoro, Kokorito… entre un sinfín de nombres. Quienes tengáis gato, puede que os sintáis identificados.
Ha venido «la Mitxi» a la cocina a pedirme que la acompañara y así lo he hecho. He seguido sus pasos y me ha llevado hasta una habitación donde hay una ventana estrecha y larga, hasta el suelo. Quería mirar por la ventana y que yo le hiciera compañía.
Se entretiene con los pájaros que se posan en el ciprés, con el viento que casi ya ha deshojado el cerezo, con las nubes que vienen del oeste… Quería asomarse al paisaje y también quería mi presencia silenciosa. Me encanta la filosofía felina, por todo lo que nos enseña a los humanos.
Mía me ha hecho darme cuenta de lo importante que es la presencia en las relaciones y de las pocas veces que realmente estamos presentes. La presencia es un «te estoy viendo», «estás en mis ojos y en mi corazón», «aquí estoy para ti». Cuando estamos con otra persona, muchas veces estamos más pendientes de nosotros y de nuestro discurso, que del otro. Así que me he propuesto ofrecer más mi presencia, pues lo único que importa, como me ha enseñado Mitxi, es estar para el otro, porque, entonces, la conexión, es de verdad.
Después de la lección de filosofía felina, Mitxi se ha subido al cesto que estaba sobre la cama y se ha puesto a dormir.
Isabel dice
Relindo y sencilla «su «presencia. Lo describes tan bonito.
Un saludo
Palabras a la Vida dice
¡Hola, Isabel! Muchas gracias por tus palabras y por tu aprecio. Me hacen mucha ilusión. Un abrazo y hasta pronto 🙂
Joana dice
Hace tiempo que ya recibo tus escritos y me parecen maravillosos. De gran inspiración para mi.
MUCHAS GRACIAS DE CORAZÓN!!!
Palabras a la Vida dice
Querida Joana, me alegra mucho lo que me dices. Muchas gracias por tu fidelidad y por hacerme llegar tus palabras. Sin vosotras, este proyecto no tendría sentido. Un abrazo.
Marysa dice
Querida Garbi, me maravillan tus textos! Están llenos de amor, luz, reflexión y sabiduría.
Me pregunto si te has decidido a publicar un libro con todos ellos, si es así, házmelo saber porque quiero comprarlo.
Feliz año que comienza!
Un abrazo
Palabras a la Vida dice
Hola, Marysa, guapa!
Muchas gracias por tus palabras de aprecio. Es un honor para mi que te gusten mis textos. Me hace mucha ilusión que te transmitan cosas bonitas.
Te agradezco también enormemente que me plantees la idea de publicar un libro con los textos del blog. Es una idea muy hermosa. Quizá me ponga a darle vueltas 🙂
Ya tengo publicado un librito de cuentos que se titula «Por si te pierdes. Palabras-brújula para reencontrarse». Está en Amazon, en formato digital y en papel.
Un millón de gracias por estar ahí. Con tu presencia y tu lectura das sentido a este proyecto.
Un abrazo grande!!