¿Has probado a contemplarte con otra mirada? Algo así como convertirte en otra persona y ver y actuar por sus ojos. Te lo narro en un cuento.
Los que seguís hace tiempo Palabras a la Vida sabéis que uno de los formatos que ofrezco son los cuentos de coaching. No te preocupes si es la primera vez que lo oyes.
Un cuento de coaching es un relato con una enseñanza de desarrollo personal. Una historieta que nos permite encontrar pistas para crecer o mejorar como personas y, al mismo tiempo, disfrutar con la lectura. Puede ser un regalo perfecto para amantes de los cuentos interesados en mirar hacia su interior.
En mis cuentos de coaching siempre aparece uno de estos dos personajes: o la mujer chamán, o la abuela Margarita. En realidad, representan lo mismo: a una mujer sabia que nos guía, a nuestro lado. Es la suya una sabiduría ancestral, vinculada a lo natural, como si estuvieran compinchadas con la Madre Tierra y con el Universo.
Una vez que os he puesto en antecedentes, sobre todo, a los más nuevos, aquí va el último relato de la Abuela Margarita. Se lo dedico a los incondicionales de la sabia anciana, que, por lo que me contáis, sé que los tiene.
– Cada día nos estamos transformando. Cada día estamos mejorando — empezó diciendo la abuela Margarita –. Éste es un estilo de vida.
La noche aún no se había echado sobre la aldea. Camino del verano, era evidente cómo se alargaban los días. Aquella tarde el auditorio que conformaba el círculo, veía claramente el rostro de la gran abuela.
– No volváis a escudaros en las excusas — les dijo –. Olvidaros de todas esas veces en que os agarráis a un «yo soy así». ¿No os dáis cuenta de que al poneros etiquetas vosotros mismos os estáis cortando las alas?
– Entonces, ¿qué tenemos que hacer?
La pregunta la hizo un joven con un pequeño sombrero de fieltro que enmarcaba sus largas y hermosas pestañas negras.
– Ésa no es la pregunta — respondió con una amplia sonrisa la abuela Margarita –. Lo que debéis preguntaros a cada momento es en quién me voy a convertir. En quién me tengo que convertir para alcanzar lo que deseo. Y ésa persona en la que te has de convertir no es una. Pueden ser muchas, distintas, tantas como sea necesario para que te permitan todas las nuevas maneras de ver la vida que necesitas para llegar a lo que anhelas.
– ¿Por qué es tan importante transformarnos en tantos «yoes»? — quiso saber una mujer madura que había llegado desde alguna aldea vecina —
– Cada vez que te conviertes en una nueva persona — explicó la abuela Margarita — entonces, atraes el éxito que le corresponde a esa nueva manera de estar en la vida. Te colocas en un nuevo escalón en el que antes nunca habías estado y empiezas a tener otros pensamientos, y esos pensamientos, crean nuevas realidades, que hasta entonces no podías imaginar, porque aún no habías llegado hasta ese escalón.
Un hombre, sentado muy cerca de la anciana, empezó a reir de manera abierta y luego aplaudió. Parecía la reacción de alguien a quien, de repente, todo le encajara.
– Estas transformaciones — quiso recapitular la anciana — os convertirán en personas más humildes, más sabias, más vivas y con más experiencia. Y esto, como os digo, se quedará en vosotros de por vida. Éste — insistió- es el gran beneficio.
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