SOLO AMAMOS LO IMPERFECTO
Hay un arte japonés que ensalza la imperfección
A veces, no somos todo lo buenas personas que podemos llegar a ser. Cuando me ocurre, me disgusto y me arrepiento. El otro día llegaba a casa con ese sentimiento y se lo conté a mi pareja. Él, con la sabiduría que le es propia, me respondió: «Lo importante es tener un fondo bueno, porque , por lo demás, todos tenemos nuestras cosas» .
Sí, nuestras «cosas». Ahí están las faltas, las debilidades, las heridas, los miedos, las partes rotas…Todo lo que nos hace imperfectos. Pero, como dice el sacerdote y meditador Pablo D´Ors, solo amamos lo imperfecto. Lo perfecto no se puede amar, únicamente se admira.
Hay un arte japonés que se llama kintsugi. Consiste en reparar la cerámica rota y para ello juntan los trozos y rellenan las grietas con un adhesivo y polvo de oro. En lugar de tapar la rotura , la ensalzan con el oro, porque consideran que la fractura y la reparación forman parte de la historia de un objeto y lo vuelven más hermoso.
El kintsugi usa el oro para fortalecer y embellecer. El objeto roto se vuelve más resistente que antes y con una historia más profunda y bella. Y en muchas ocasiones, acaba siendo más preciado que antes de romperse, porque sus heridas lo hacen único. Gana en autenticidad y hondura.
Es una filosofía muy bonita, ¿verdad? Y más en estos tiempos en los que lo imperfecto se esconde y mandan la infalibilidad y el éxito.
Si lo trasladamos a nuestras cosas humanas, nos enseña a no ocultar la fragilidad y las imperfecciones sino a llevarlas en alto, porque nos hacen más humanos y auténticos. También nos invita a encontrar el «oro» que nos ayude a reparar nuestras «líneas» de rotura. ¿Cuál es tu oro: el amor, la paciencia, la aceptación, la confianza, las ganas…?
Para mí la escritura sigue siendo el «oro» para pegar mis trocitos rotos. Gracias a ella, los convierto en relatos que sueñan con ser luminosos, como los cuentos de «Por si te pierdes. Palabras-brújula para reencontrarse». Hoy y mañana los encuentras gratis en Amazon en su formato digital.
También me repone el silencio. Cuando he estado muy rota, el grito del dolor no toleraba el silencio, pero después de la tempestad siempre regresa la calma. Y de nuevo, la meditación y el silencio son un refugio para mí y uno de los momentos esperados del día. Es como una purificación al terminar la jornada.
Me acaba de venir a la mente la frase que tiene en una red social una de mis maestras en crecimiento personal. Dice así:
Si te haces amigo de ti mismo, nunca estarás solo.
Esta semana trabajaré más en este tipo de amistad. Recordaré, además, que cuando las cosas nos sobrepasan nos rompen y procuraré amar la belleza de mis quebraduras. ¿Te apuntas?
MARICELA dice
Seamos compasivos con nuestras imperfecciones. ¡Es una forma para superarnos!
Palabras a la Vida dice
Muchísimas gracias, Maricela, guapa! Y un fuerte abrazo.
Marysa dice
Hola Garbi, muchas gracias por el regalo que has compartido.
La vida es dual y todos estamos en constante aprendizaje. La luz y las sombras son parte de esa dualidad y ambas están en nuestras vidas para enseñarnos algo. Nunca pienses que eres mejor o peor ser humano, piensa que la vida te ha entregado una experiencia para sanar tus sombras, osea, tus heridas. Ama la experiencia en si, agradece, bendice y deja que se vaya. El flujo de la vida sabe lo que tiene que hacer.
Un abrazo de Luz
Palabras a la Vida dice
Muchísimas gracias por tus palabras, querida Marysa. Me gusta tu sugerencia de abrirnos a las experiencias y dejar que nos enseñen lo que tengan que mostrarnos. Gracias por compartirla. Un abrazo!
Isabel dice
Claro que me apunto querida Garbi. Cuando me sobrepaso y me rompo en pedacitos siempre digo que hay que pagar demasiado peaje. A mi me gusta mucho ser imperfecta. Mi oro es mi cámara de fotografía, ella sabe como curar mis heridas, sabe mucho de mí. Gracias de corazón por este bonito post. Mil abrazos. Isabel.
Palabras a la Vida dice
Siempre me dan una inmensa alegría tus palabras, querida Isabel. Las de los mensajes que me envías junto a tus fotografías y las que me haces llegar a través del blog. Todos tus mensajes son un regalo.
Me encanta cuando dices «A mí me gusta mucho ser imperfecta». Es una frase genial, me ha relajado mucho y me resulta muy divertida. A partir de ahora, si me lo permites, también la haré mía, y me entusiasmará ser una más del club de las que nos gusta mucho ser imperfectas, je, je. Es liberador. Muchas gracias por prestarme tus ojos y tu corazón para ver la vida con tu sabiduría genial. Un abrazo grande!
Maite dice
Hola Garbi, muchas gracias por tus reflexiones, son regalos de vida. Tus entradas ayudan a paranos y ver las cosas con la perspectiva del amor a uno mismo.
Aveces nos exigimos demasiado y las imperfecciones también forman parte necesaria e importante en nuestro camino.
Un abrazo muy grande
Palabras a la Vida dice
¡¡ Maite, cariño !!
Muchas gracias por tu comentario y por seguir leyendo Palabras a la Vida. Me alegra mucho que sigas pasándote por aquí 🙂
Tienes razón, la imperfección nos vuelve más flexibles y amables.
¡Un abrazo muy fuerte!
Maria dice
Hola me ha fascinado este post, soy fan de admirar la imperfección, antes era una perfeccionista nata que no paraba de revisarme mis fallos, era desesperante, gracias por ayudarme a ser feliz y estar en paz. Voy a leer tu libro que lo tengo en mi ebook, seguro que me ayuda un montón.😉😘
Palabras a la Vida dice
¡¡ María, guapa !!
Muchísimas gracias por tu comentario. Qué bonito eso que dices de que ahora admiras la imperfección. Abrazar lo imperfecto nos hace más humanos y más libres.
¡Vaya sorpresa que tengas el e-book! Me hace mucha ilusión que lo leas 🙂 Ya me contarás cómo es la experiencia. Deseo que encuentres en él palabras que te lleguen. Un abrazo grande!