Para mí saben a infancia rayana con la adolescencia. Como si los veranos me regalasen una y otra vez la sorpresa, admiración y ganas de descubrir que se produce cuando estamos creciendo. Es como ir por la vida con los poros y los ojos igual de abiertos.
Entonces el verano se vuelve una bicicleta, con parrilla, que te empareja con un amor platónico, viaje a la ilusión, sobre dos ruedas.
Otras veces son gritos de juego en la noche, sin hora para acostarse. Entonces jugar al escondite es zafarse de lo demás abriendo las puertas de la oscuridad que sólo nos las cierra el miedo. Nada puede ser a la vez tan dulce y vertiginoso como una noche de verano. Pura libertad.
Cuéntame cómo te hace sentirte el verano. Yo lo pondré por escrito para que lo revivas cuando llegue el invierno.
Me gusta un montón tu blog Garbiñe! Es claro, muy eclarecido, muy amable para «trastear»! Tenemos q seguir en contacto para hacer proyectos juntas! Saludos y besos. Elena
Muchas gracias,Elena. ¡¡¡Cómo me alegran tus palabras¡¡¡ Por supuesto, que me encantaría enriquecerme con tus ideas y que tú hicieras lo mismo con las mías..¡¡Ya hemos empezado a compartir camino¡¡
Hola Garbi ! Me encanta lo que escribes, ojalá fuera capaz de expresar mis pensamientos y sentimientos así ….
Para mi el verano es la estación por excelencia : la primera es el renacer pero el verano es la madurez , el otoño la decadencia y el invierno el letargo …..
Yo nací en verano y a mis seres más queridos les perdí tb en verano (Pablo y mi aita) aún así. A pesar de la sensación agridulce que me produce , el verano es pura vida y pura energía …
Gracias por darme ka oportunidad de contarlo ….
Bss
¡Ana, qué alegría tú por aquí¡ Muchas gracias por tu visita y por el aprecio de tus palabras.
El Universo puso en tí valentía y con ella has tejido una manera sabia de estar en el mundo.
El verano te ha quitado, mucho, y te ha dolido, también mucho, pero no te has aferrado al dolor. Con tu valentía y tu sabiduría has sabido redescubrir y celebrar que esta estación, como bien dices, es pura energía. Te trajo a la vida y la vida es lo más grande que tenemos cada uno de nosotros. En tus veranos has vivido los finales del invierno, pero también los renaceres de la primavera y la plenitud de los veranos. Has condensado en una sóla estación la esencia del ciclo de la vida. Un ejercicio profundo con el que, estoy segura, te has superado y engrandecido. Porque cuando un corazón, lleno de pena, la suelta y deja entrar al amor y la vida, la dicha es inmensa. Te deseo que la sigas experimentando profundamente.