– ¿Os habéis dado cuenta de que la luz amarillea?
Los pequeños ni se inmutaron. La pregunta de la abuela les resultó ajena.
– Agosto ya hace las maletas para partir-continuó la anciana- . Setiembre , con su túnica dorada, espera en la puerta.
– Estará impaciente por entrar -dijo uno de los niños, que no paraba de saltar-
– ¡No¡ -contestó la abuela- Setiembre es sereno. Termina de madurar los frutos para entregar las cosechas. Es un mes dadivoso y la generosidad espanta el miedo, que casi siempre está en el origen de la impaciencia.
Los niños se habían tumbado sobre la hierba del prado.
– ¿Os habéis fijado en esas florecillas? -les preguntó la abuela-. Son quitameriendas.
– ¿Roban los bocadillos? -preguntó uno de los niños que se incorporó de un brinco con la sorpresa-
– ¡Qué va¡ -sonrió la abuela- Empiezan a florecer por ahora, cuando los días comienzan a ser cada vez más cortos, hasta que termine el año. La noche llegará cada día antes, y se cenará más pronto. El adelanto de las cenas hará que muchos dejen de merendar. Por eso los llaman quitameriendas.
– ¡Quitameriendas, quitameriendas¡ – los niños gritaban el nombre mientras corrían, reían y jugaban-.
– Es el azafrán silvestre o azafrán loco -aclaró la abuela-
Pero ya no la oían. La anciana pensó entonces que a ella le gustaba más «azafrán loco». «Loco» o «loca» era una de sus palabras preferidas. Le traía un cierto regusto de libertad.
La abuela acaba de decirnos cuál es una de sus palabras preferidas. Te propongo que elijas la tuya. Hazte una selfie con ella , envíamela a frases.linterna @gmail.com y tendrás mi regalo.
¿QUIERES SABER EN QUÉ CONSISTE EL REGALO? Publicaré una entrada, con tu selfie y con un microescrito sobre la palabra que has escogido y con la que te has fotografiado. ¡Ánimo¡ Es un intercambio divertido y enriquecedor, para tí y para mí. Y una manera de empezar setiembre con creatividad, como si fuera un ritual para llamar a la magia y el amor.