Estamos en la mitad del año. Vamos a aligerar equipaje y desprendernos de pesos que sólo quitan espacio para lo bueno que está en camino. ¿Quieres un ritual?
Son días de hogueras de San Juan, solsticio de verano y arranque de esta estación. Es un momento perfecto para sacar todo lo que nos sobra y quemarlo. No hay ritual más purificador que el del fuego.
Si estás por re-inventarte, ésta puede ser una ocasión propicia (❛‿❛✿̶̥̥) Reinventarse no es añadir nada nuevo, es, más bien , quitar lo que no nos sirve, deshacernos de lo que no nos hace bien.
¿Qué es lo que quieres soltar? ¿Cuál es esa «mochila» de la que te quieres liberar?
Hay tres comportamientos o «roles» que todos tenemos alguna vez y que nos limitan tremendamente. ¿Te apetece saber cuáles son?
- Uno es el papel de «víctima»: ya sabes, el «pobrecito de mí», «¡mira que tengo mala suerte!», «todo me sale al revés»…¿Te suena? Cuando practicamos el victimismo nos estamos quitando automáticamente todo el poder. ¿Por qué? Porque se lo estamos dando a los demás y a las circunstancias que nos ocurren.
- Otro comportamiento que nos limita es el de «verdugo». Es nuestro «gran dictador». El verdugo siempre quiere que las cosas se hagan a su manera; le gusta controlar a la gente y que la gente haga lo que él quiere. Este rol da mucha frustración, porque nadie puede cambiar a los demás; sólo es posible cambiarse a sí mismo. A veces, cuando uno cambia, puede que los demás también lo hagan, pero el orden siempre empieza por uno mismo.
- El tercer rol que hay que soltar si queremos reinventarnos es el de «salvador o salvadora». Actuámos así cuando nos olvidamos de nosotros mismos y centramos nuestra vida en ayudar a los demás. Nos hacemos responsables de la vida de los otros. Es un exceso de responsabilidad porque, en realidad, sólo uno es responsable de su vida. El resultado de este comportamiento y de los anteriores es la infelicidad.
¿Con cuál te identificas más? También es un buen momento para tirar a la hoguera los miedos. Todos tenemos miedos y además son muy parecidos: el miedo al rechazo y a no ser amado; el miedo a las críticas y al qué dirán; el miedo al error y al fracaso; el miedo a la pérdida y a la escasez…
Te propongo un RITUAL para que el fuego se lleve estos comportamientos y miedos que tanto nos limitan. A mí me funciona (✿◠‿◠)
- Vete pensando en cuatro/seis cosas que no te hagan nada de bien y escríbelas en un papel a mano. Dicen que los mensajes manuscritos llegan mejor al inconsciente: para cualquier cambio es mejor tenerlo de nuestra parte.
- Comienza cada frase con las palabras «Me despido»e incluye tu nombre. Se trata de despedirte de esa parte de ti que no te hace bien. Si te llamas Raquel, te despedirás de la Raquel que te limita y dejarás la Raquel que te potencia.
Por ejemplo, tu frase podría decir: «Me despido de la Raquel que todo lo dramatiza y que se siente víctima». Construye cada una de las frases de tu ritual de esta manera.
- Entre frase y frase deja espacio. Porque una vez que tengas escritos todos los mensajes debes recortar la tira de papel que ocupan. Recorta el trozo de papel y dóblalo.
- Enciende una vela en un lugar seguro. Toma una respiración profunda porque está a punto de comenzar la parte más importante de tu ritual para el solsticio. Coge cada trozo de papel con su mensaje. Lo desdoblas, lo lees en voz alta, y lo vuelves a doblar para acercarlo a la llama.
- Presta atención a cómo lo consume el fuego; te está limpiando de algo de lo que te quieres desprender. Mientras lo observas di: «Me despido de ti. Te doy las gracias». Es importante dar las gracias porque lo que estás soltando ha formado parte de ti, te ha traído a donde ahora estás; lo que ocurre es que has decidido que ya no te sirve. Es una despedida en paz.
- Cuando hayas quemado todos los mensajes termina tu ritual dando la bienvenida a la persona que quieres ser. Volvamos al ejemplo de Raquel, para que te hagas una idea:
Esa frase final de bienvenida podría ser algo así: «Doy la bienvenida a la Raquel que toma las riendas de su vida, se responsabiliza de lo que en ella ocurre y entiende cada circunstancia como una oportunidad para crecer».
No desaproveches la magia del solsticio para soltar esas «mochilas» que a todos nos lastran. Puede ser a través de este ritual o de cualquier otro que se te ocurra y te funcione. ¡Cuéntame tu experiencia! Estaré encantada de hacerme eco de ella en una próxima entrada.