Me encanta mirar el paisaje desde la ventana y estar atenta a los cambios del cielo. Llevamos unos días con más nubes, menos luz, se oye con más intensidad el viento y ¿te has dado cuenta de que empieza a anochecer antes?
Es como si el otoño comenzara a enviarnos avisos. Como si se hubiera puesto delante de un papel para mandarnos unas letras y avanzarnos que ya está preparando las maletas para su próximo viaje a nuestro ciclo de las estaciones.
Ya sé que puedes estar pensando que el otoño te entristece porque se acaba la plenitud y el esplendor veraniegos. ¡Pero setiembre está lleno de posibilidades! ¿Las quieres ver?
Tú decides cómo ver y sentir las cosas. ¡Ése es tu poder!
Setiembre, en el mundo rural, es el mes de la cosecha. Durante ocho meses hemos estado plantando nuestras semillas, regándolas, viéndolas crecer, abonándolas y, ahora, que van cargándose de fruto, es el momento de la recolección. Plantéate así esta época en la que nos adentramos.
Recoge con gratitud y entusiasmo tus frutos y, si quieres que tu próxima cosecha tenga más de esto o menos de aquello, ponte las pilas. Vive este momento como un nuevo comienzo en tu calendario personal. Como la apertura a un nuevo ciclo lleno de posibilidades, tal y como te decía unas líneas más arriba.
Si sientes que estás asistiendo a un nuevo empezar, este otoño será distinto y te ilusionarás. Es tu oportunidad para dar pequeños pasos, que aún no has dado, hacia lo que quieres.
Vete despidiendo el verano con alegría. Hazle fiestas de despedida. Aprovechando el buen tiempo que aún queda, festeja de una manera más consciente, las cosas hermosas que nos permite esta estación: cuando por la noche estés a la fresca, cuando comas al aire libre, cuando te bañes, cuando mires a las estrellas, cuando te vistas cada mañana con la ropa ligera de esta época, cuando abras las ventanas de par en par…
Y cuando al atardecer mires al ocaso y presientas el otoño, díle, desde tu corazón, que lo recibes con los brazos abiertos, porque ya estás esbozando tus propósitos de setiembre para un cambio positivo. Con cada día nuevo, con cada nueva estación, nos mejoramos; aprendemos a ser una mejor versión de nosotros mismos: más sabia, más creativa, más humilde.
Estos propósitos de setiembre no son como los de enero, «más ruidosos» por el cava y el confeti; los propósitos otoñales han de ser más íntimos, porque están conectados con tu autenticidad. Vamos hacia un tiempo con menos luz, y todo lo nuevo, si te has dado cuenta, empieza en la oscuridad, como le pasa a la semilla bajo la tierra.
Yo ya estoy lista . ¿Y tú ? Prepara la despedida del verano y la bienvenida del otoño, con la misma felicidad (>‿◠)