«Retírate dentro de ti misma, sobre todo cuando necesites compañía»
Me ha conmovido esta frase porque estoy aprendiendo que cuando nos conocemos a nosotros mismos, sólo entonces, estamos en condiciones de poder amar al otro con justicia y con libertad.
Cuando miro para adentro , me amo y me acepto incondicionalmente así como soy. Y ahí empieza a ocurrir el amor.
Es el principio del amor hacia los demás y lo demás.
No hay un poder más transformador que la aceptación. Cuando acepto, me siento una con el resto. No hay separación ni diferencias. Todos somos esencialmente lo mismo.
¿Pero qué ocurre cuando, en lugar de mirar para adentro, miramos para afuera? Pues que empezamos a juzgar, a opinar, a comparar…y desde ahí, nos separamos del resto, empezamos a hacer muros con las diferencias y sólo construímos distancia, culpa y la falsa creencia de ser mejor que otros.
Cuando hacemos esto, nos estamos perdiendo el talento que hay en el otro. De todas las personas y de todas las cosas podemos aprender.
Sí, también de esa persona de la que no quieres ni oir hablar. En mi camino también hay alguna persona así y te aseguro que me enseña.
Cuando la miro. me está sosteniendo un espejo. Su reflejo me muestra las heridas que hay dentro de mí aún sin curar.
Imagina que esa persona que te molesta, incluso aborreces, fuera sal….; sí, imagínatela como unos granos de sal. Te escuecen porque en ti hay una herida que no sabías que aún estaba abierta.
Si tu herida estuviera cicatrizada y sanada, no te escocería, aunque echaran sobre ella toneladas de sal.
¿Ves lo que te quiero decir?
Que cuando algo nos duele, el origen siempre está dentro. Por eso, como te decía al principio, me parece tan importante que nos retiremos dentro de nosotras mismas, para conocernos, para sanarnos, para mejorar, para aceptarnos, para amarnos y para amar.
Cuando te alineas contigo, te vuelves tu mejor compañía y ,entonces, sales al mundo, libre para amar.
Éste podría ser el mantra para esta semana. Vamos a ponerlo en primera persona, que funciona mejor:
Cuando me alineo conmigo, me vuelvo mi mejor compañía y salgo al mundo, libre para amar.
Si me sigues, ya sabes que Palabras a la Vida cree firmemente en el poder de la escritura como herramienta de introspección. Me parece que cuando practicamos la escritura personal, cuando ponemos sobre un papel o en la pantalla cómo nos hace sentir la vida, estamos dándonos respuestas. Prueba a hacerlo y comprueba que cuando escribes sobre lo que sientes acerca de algo o de alguien, descubres aspectos en los que ni habías reparado.
A veces son respuestas absolutamente esclarecedoras que ya estaban dentro de ti, sin tú saberlo.
Es tan poderosa la escritura que estoy regalando unos ejercicios a los nuevos suscriptores y suscriptoras de este blog.
Pero tú que me lees hace tiempo y que , un día tras otro, me das razones para seguir, también puedes tener estos ejercicios. Me encantará regalártelos si te apetecen.
Sólo tienes que escribirme a este mail de Palabras a la Vida y te los enviaré. Te lo digo por si ya te suscribiste al blog y ahora te apetece tener estos ejercicios con propuestas de escritura para comprenderte y conocerte mejor.
No te resignes. Aprovecha tu oportunidad y decide hacer lo que esté en tu mano, como, por ejemplo, escribir. Escribe sobre ti y da un sentido a tu vida. El que tú quieras. El que tú elijas. Tú eres la directora y la protagonista de la peli de tu vida y en tu mano está seguir el mejor de tus guiones.
Ya ves, acaba de surgirme el segundo mantra de esta semana para ti. Cecilia, una fiel lectora de este blog, los está recopilando y es posible que algún día los pongamos por aquí. 🙂
Aprovecho mi oportunidad y me pongo a lo que está en mis manos.
Aprovecho mi oportunidad y asumo lo que es cosa mía.
Si acepto mi responsabilidad, afirmo mi poder.