Los cuentos de coaching de Palabras a la Vida ayudan a conocerse mejor. En éste, descubrimos la sombra que nos acompaña y para qué está ahí.
Estoy fascinada con la «Mujer Salvaje». Es la mujer que ha existido siempre. Tiene que ver con todas esas facultades propias de lo femenino: lo instintivo, lo intuitivo, lo cíclico, la fuerza creadora y dadora de vida, esa sabiduría natural que sabe lo que hay que saber…
Por eso, «ser mujer» es un gran poder, exclusivo de nosotras, las mujeres. ¿Te conectas con esta feminitud natural?
En mis cuentos de coaching, el personaje central trata de dar expresión a esta «Mujer Salvaje». Así han nacido «la mujer chamán» y «la abuela Margarita». Si sueles leer este blog, ya te habrás encontrado con ellas.
La chamán y la abuela Margarita son las protagonistas en los cuentos de coaching : en unos relatos, una y en otros, la otra. Junto a ellas, siempre aparece una persona que busca para encontrarse y vivir en coherencia con la vida que quiere.
Como véis, vuelvo a insistir en que los cuentos de coaching también son para el verano. Si te gustan las historias que te mueven algo por dentro, estos cuentos son para ti. No puedes olvidar que la «Mujer Salvaje» está llena de una magia muy potente. Por eso, yo no puedo dejar de escribirlos:
En toda sombra hay una luz
Tuuuuuu, tuuuuuuuu. La abuela Margarita llevaba sus labios a una gran caracola blanca y cada vez que soplaba, producía este hermoso sonido. Lo hacía orientándose a cada uno de los puntos cardinales. Decía que era para saludar a todos los antepasados.
– Gracias a ellos, hoy, todos nosotros podemos estar aquí.
Fue su primera frase nada más sentarse bajo el viejo roble. Después, miró al horizonte, teñido por el rojo oscuro del atardecer.
– A cada uno de nosotros nos acompaña una sombra. ¿Cúal es la tuya?
Lanzó esta pregunta al aire sin dejar de mirar la oscuridad del ocaso.
– La sombra — continuó — está formada por lo que reprimimos, por lo que nos avergüenza, por lo que tememos…La hemos ido encerrando en una mazmorra bajo llave. Y no lo conseguimos.
– ¿Qué es lo que no logramos? — preguntó una mujer muy joven —
– Pensamos que, no viéndola, la olvidaremos y que así ella — la sombra — se olvidará de nosotros. Pero cuando creemos esto, — advirtió la abuela Margarita — es que ya se ha hecho tremendamente fuerte y nos está dominando. Nos tiene sometidos sin que nos demos cuenta.
– ¿Y se puede salir de sus redes? — quiso saber esta vez un hombre de piel muy morena y bello perfil —
– ¡Por supuesto que sí! — sonrió la sabia anciana — . Sólo hay que atravesar el túnel hasta nuestras mazmorras. Es doloroso encontrarse con lo que reprimimos, nos avergüenza y tememos. Pero es el único camino. Y aunque os sorprenda, la sombra quiere ayudarnos.
La abuela Margarita, como hacía algunas veces, guardó unos minutos de silencio. El círculo que formaba el auditorio a su alrededor no parpadeaba.
– Sí, habéis oído bien — continuó –. La sombra está ahí para indicarnos a qué lugar, dentro de nosotros, hemos de llevar luz. Por eso, habéis de aceptarla : aceptar que forma parte de vosotros e integrarla. Entonces os sentiréis completos y en paz. Ahí empieza la alquimia.
– ¿En qué consiste? — interrogó un joven que sonreía con los ojos —
– Con la aceptación se abre la puerta de la transformación. Es el momento de aprovechar la tremenda energía de la sombra y convertir su fuerza limitadora en potenciadora. Reciclad esa fortaleza y ponerla de vuestra parte. Siempre hay unos residuos que no se pueden reciclar. Pero no os preocupéis: la sombra ahora es pequeña, la habéis desactivado y ocupará, dentro de vosotros, sólo el lugar que le corresponde.