Cuando mi tía Garbi me coge de los brazos y me sube hasta el cielo los ojos se le iluminan y se mira en los míos.
Cuando mi tía Garbi me vuelve a subir, su boca se abre en una carcajada igual que la mía.
Cuando con mi lengua de trapo le digo «más, otra vez», el alma se le ensancha y noto que en ese instante me lleva más allá del cielo y……. vuelta.
Cuando le digo «la última», que suele ser varias veces, hace rato que los dos volamos entre algodones de sonrisas.
A mi tía Garbi le gustan tanto las palabras como mis brazos. Las palabras las escribe y mis bracitos los agarra. Y hay veces, como ahora, que cuando escribe abrazos pone sus palabras en las mías porque le encanta jugar y la magia.
¿Sabes pequeño por qué sueño cuando te elevo y no puedo parar de hacerlo?
Porque la alegría que me regalas sabe a algo que tuve y que guardé como un tesoro escondido y ahora me resulta difícil encontrar.
Y porque cuando me miro en tu espejo revive una niña que llevo dentro y necesito mimar . Entonces mi yo adulto la siente saltar y se llena de esa alegría que no sabía dónde había dejado y creía extravíada . Contigo la encuentro y me vuelvo inmensamente feliz…