Las razones que os traen a Palabras a la vida son tan diversas como vuestros corazones. Últimamente manda el amor. Claro que el amor está en todos y cada uno de los buenos sentimientos. Pero me refiero a ese largo viaje de aprendizaje que es la pareja. La pareja nos enseña cosas de nosotros mismos que solos no podríamos descubrir.
Varios de los escritos que me pedís son para animar a vuestra compañera o compañero de la vida. Para empujarles en el camino, en el suyo, y que no se olviden de ser ellos mismos. ¿Y sabéis por qué? Porque la pareja es un refugio, en el que uno se sabe la canción del otro y se la canta cuando el otro se ha perdido o se está perdiendo de sí mismo, para que se encuentre. Porque cuando estamos perfectamente alineados en lo que sentimos, pensamos y hacemos es cuando experimentamos la plenitud de la vida.
Cuando venís aquí, a Palabras a la vida, y pedís un escrito para vuestra relación es porque queréis cuidarla con las palabras. ¡Son tan tan poderosas¡ De esto os daré pruebas otro día.