Ya lo escribió Eduardo Galeano:
Los científicos dicen que estamos hechos de átomos pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias.
¿Te has dado cuenta de que las personas nos contamos cuentos desde hace miles de años?
Esto no es casualidad. Contar historias es una manera perfecta para aprender y recordar. Si te doy datos, los olvidarás; si te narro un cuento, lo recordarás. Y si ese cuento tiene una enseñanza se quedará en ti para siempre.
Por eso he creado los cuentos de coaching
Son relatos con píldoras de sabiduría de vida en las que se verá reflejada la persona que reciba el cuento como regalo.
A través de la historia será consciente de su momento vital y encontrará razones para amarlo, salir adelante, celebrarlo, cambiar o lo que su alma interprete que necesite. Las historias tienen el poder de quedarse allá donde más las necesitamos.
¿Me enseñas algún cuento ya escrito?
Para que te hagas una idea, he recopilado esta selección de extractos de diferentes cuentos:
(Extracto)
Sabía que lo que se interponía entre ella y la vida eran sus pensamientos.
Algo tan inconsistente y tozudo como una opinión.
Había emprendido aquel viaje para ser libre. Para dejarse vivir por la vida, sin opiniones, sin juicios, sin expectativas. Únicamente como experiencia que disfrutar.
Pero este tipo de viajes empiezan oscuro. Para llegar al otro lado hay que meterse en el túnel. Es largo y da miedo.
Un día la mujer chamana le dijo:
— Cuando estés en el túnel, no huyas. Escapar corriendo no ayuda. Sólo retrasa la salida.
— Pero la oscuridad y la tremenda longitud de ese túnel son crueles — respondió la viajera —
— Es tu túnel — le explicó la chamana — . Estáte en él, siéntelo, respíralo. Ámalo. Cuando lo hagas, tus miedos se desmoronarán de inmediato y la oscuridad dará paso a la luz.
— El diseño de tu vida — continuó la mujer chamana — es el perfecto para que aprendas a vivir sin sufrimiento. Con él, la vida se ha entregado al completo para que lo logres. ¡Tanto amor es fabuloso!
Al escuchar aquellas conmovedoras palabras sintió que se equivocaba cuando juzgaba a la vida en lugar de apreciar su enorme generosidad. Aquello que le entregaba era una oportunidad, un reto para empezar a verlo de otra manera y salir, así, del sufrimiento.
Fue la primera vez que quiso atravesar el túnel y experimentar la oscuridad, que era suya, como también le pertenecía la luz que llegaría con la aceptación : disipa las sombras, al igual que el sol hace con las nubes.
(Extracto)
— ¿Sabes cuál es el pensamiento que abriga sobre ti el Universo? — fue el saludo de la abuela Margarita nada más verla — .
Para la sabia anciana todos los seres resultamos transparentes. Por eso sabía lo que a la joven le preocupaba.
— Para el Universo — continuó — eres una estrella inmutable en un cielo eterno. Nada de lo que haces, piensas o deseas es necesario para establecer tu valía. Tú ya eres perfecta así como eres. No se espera nada de ti.
Aquellas palabras le parecieron un sueño. El más liberador que jamás hubiera podido tener.
— Tu yo perfecto — le explicó la abuela Margarita mientras cerraba los ojos — es el amor que hay dentro de ti. Nada ni nadie puede destruirlo pero has de darte permiso para dejarlo brillar.
La joven, que llevaba tatuada un águila en vuelo en el antebrazo, no entendía muy bien qué era eso de brillar. En su fuero interno se preguntaba qué tendría que hacer para lograrlo.
La Abuela Margarita volvió a leer en los posos de su alma y se le adelantó con la respuesta:
— Brillar — le aclaró — significa sacar lo mejor de ti. Todos hemos nacido para brillar. Tú eliges si quieres hacerlo.
La joven del águila tatuada sabía que cuando vivía desde su autenticidad se sentía plena y feliz.
— Lo único que has de hacer — le orientó la anciana — es darte permiso para ir más allá de tu mente condicionada que continuamente te repite que no eres suficiente, que no tienes ningún talento y que no eres capaz de conseguir el éxito.
De nuevo la abuela Margarita había tocado donde la joven necesitaba sanar.
— Sólo ves lo que crees de ti — fue su último consejo–. Ábrete a creer en tu grandeza y brillarás desde el Amor, la fuerza interior ilimitada que te conforma y que siempre te acompaña.
(Extracto)
A la mujer chamán le gustaba sentarse bajo el ciprés a recibir el amanecer. Acababa de despuntar el día cuando por el camino se acercó una mujer.
— No sabes qué hacer con tu vida, ¿verdad? — le dijo —
– No paro de buscar la felicidad — contestó la caminante –. Busco y busco y no la encuentro.
La chamana esperó a que hubiera un rato de silencio antes de seguir hablando. Una manera de acallar la mente y dar voz al corazón.
— Si siempre buscas en el mismo sitio y de la misma manera y no encuentras nada, algo no va — le explicó — . Déjalo ya. No insistas.
— Pero si abandono — replicó la mujer que buscaba consuelo — sólo tendré este dolor.
La chamana cerró los ojos y tomó una respiración profunda antes de volverlos a abrir.
— Hemos convertido la vida — se lamentó — en una lucha, que nos frustra y nos deja extenuados. Cuando te sientas mal, no te resistas. Si lo haces, estarás yendo contra ti misma. Lo que sientes es inevitable porque nace de lo más profundo de tu ser.
La mujer había dejado de llorar pero seguía sin comprender.
— Tu ser — le explicó la chamana — está intentando que tu dolor salga hacia afuera para que pueda ser sanado, y tu mente, tus patrones, lo que has aprendido, lo quiere contener porque piensa que es malo.
Ahora sí empezaba a hacer suyas las palabras de la guía espiritual.
— Si juzgas ese dolor, alimentas el conflicto. Siéntelo, intégralo en este instante que es el único en el que están ocurriendo nuestras vidas. Cuando integras algo se disuelve en el conjunto .
El rostro y el alma de aquella mujer acabaron por distenderse cuando la chamana pronunció sus últimas palabras:
— Ahora — le dijo — no luches más contra lo inevitable. Descansa y déjate llevar por la vida. Cuando sea dolor y cuando sea alegría.
(Extracto)
Cada mercader ponía su mercancía sobre unas esterillas de fibras vegetales. La mayoría estaban repletas de frutas y verduras de las más variadas formas, colores, olores y sabores.
Le llamó la atención una destartalada mesa al final de la calle. La cubría un tapete elegantemente bordado y sobre él alguien había colocado un cuenco con tapa. Al lado, en un cartel, que sujetaban por detrás unos libros apilados, podía leerse:
“Se venden cápsulas de cordura. Composición: querer ser menos, pasar de la comodidad y buscar el goce en las cosas pequeñas”.
Ante aquella mesa, haciéndose cargo de ella, había un hombre enérgico, que transmitía firmeza y fortaleza, lo mismo que su voz. Gesticulaba mientras repetía una y otra vez:
— ¡Es asombroso! Las personas ya no tienen pasión. Falta entusiasmo.
Cuando alguien se paraba a escucharle, le preguntaba:
— ¿Cuál es tu razón para levantarte cada mañana apasionado con la vida? Razones de las de verdad — insistía — , razones de las que te empujan y te ponen alas. Si no las tienes — advertía — ¡ya es hora de que empieces a apasionarte. Si no, seguirás estando muerto en vida.
Aquel hombre se desgañitaba para que al menos alguien aquella mañana se abriera a la pasión de vivir porque no hay mejor regalo que estar vivo.
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.Constantino Cavafis.
¿Cómo presentas los cuentos?
Los convierto en un pequeño librito con un aire muy cálido y artesanal. Para ello empleo un papel de alta calidad, de cierto gramaje y con un gran sabor de hecho a mano.
Decoro la portada artesanalmente usando materiales naturales y algunas de las páginas del interior las acompaño con ilustraciones.
Es un proceso único, original, totalmente artesanal y manual. Este servicio supone un coste adicional que te concretaré en el caso de que lo elijas.
La opción alternativa es imprimir el cuento en hojas separadas, como si fuera una carta. En este caso utilizo el mismo papel de gran calidad y aspecto artesanal que en el caso anterior. Esta presentación básica sí está incluida en el precio.
CUENTOS CON PÍLDORAS DE SABIDURÍA Y VITAMINAS PARA EL ALMA
- Porque, de manera natural, nos abrimos más a lo que encierra un cuento que a cualquier otro tipo de información.
- Porque las historias de estos cuentos enseñan a sentirse bien.
- Porque tienen el poder de la evocación y la sugestión, conjuran temores y hacen aflorar deseos y emociones.
- Porque a nadie se le olvida un cuento y si, además, lleva vitaminas para el alma, quien lo recibe de regalo recuerda hasta los puntos y las comas.
- Porque cuando llegas a la última página pones esa cara de cuando se te ensancha el corazón.