PROTOCOLO PARA SALIR ANTES DEL AGUJERO
Las palabras se saben el secreto para desatar nudos. Los que más estrangulan son los del alma. Por eso, cuando duele busco refugio en ellas. Siempre abrigan. Es la razón por la que desde hace un tiempo me acompaña una chuleta, un apunte oculto entra las hojas de mis cuadernos.
Lo he titulado «Protocolo para salir antes del agujero». Y cada vez que siento que estoy a punto de precipitarme o que ya tengo los pies dentro, voy a mi papelito y sus palabras me rescatan.
Es el conjuro de una mujer sabia. Una curandera experimentada en reparar corazones rotos. Me lo entregó en la penumbra de la entrada a una cueva. Había en el suelo una alfombra de pétalos de rosa. Aún conservo en mis pies desnudos su tacto de terciopelo.
Así dice ese texto de rescate para salir antes del agujero:
«Cuando vuelva a caer en este agujero, me daré cuenta de que estoy cayendo y mantendré los ojos abiertos. Me dolerá y sufriré pero sabré que es culpa de mi ignorancia y confusión porque la única verdad es que yo soy muy valiosa siempre. Y entenderé que el desencadenante son solo creencias engañosas.
Y estaré ahí en paz, convencida de que es un paso más para aprender a salir cada vez antes del agujero. Con la certeza absoluta de que mañana mi tiempo dentro será mucho menor que hoy y cada vez menos y menos, hasta que llegue un día en que ya no caeré.
Y lo mejor de todo es que llegará otro día en que ya no tomaré ese camino porque habré sido capaz de descubrir otro en el que ya no existen los agujeros.»
Éste es el conjuro para salir antes de los agujeros. Si la fuerza de sus palabras te ha tocado, guárdatelo cerquita para cuando necesites de su ayuda. Hay días que salva, otros que es más difícil, pero siempre te permite desplegar las alas y volar a un territorio más tierno y amoroso, más algodonoso, que suaviza cualquier arista.
Y recuerda que lo único importante es estar haciendo tu camino. Más o menos zigzagueante, más o menos empinado, pero el tuyo. No importa nada alcanzar la meta. Eso ya llegará de manera natural, pero después de recorrer el camino. Y para saber si vamos hacia adelante, preguntarnos: ¿dónde estuve ayer? ¿y la semana pasada? ¿y el mes pasado? ¿y el año pasado?
¿Somos mejores personas? En las preguntas encontraremos respuestas para seguir haciendo camino. Es lo único que importa. Somos almas nómadas.
Me encanta. Muchas gracias!. Lo guardaré cerquita.
Muchas gracias, Beatriz, por tus palabras y por tu amabilidad. Yo también lo busco a menudo y me gusta tenerlo a mano. Me dará fuerza saber que a ti también te sirve. Un abrazo.
Me ha encantado volver a leerte y encima este escrito tan precioso y que tan adentro me llega!Hay agujeros en el camino,puedes caer pero también puedes salir.Aprendizaje,gestion de nuestro interior,que es mucho todo lo que hay dentro de cada uno, la vida es eso,respirar,relajar,aceptar y por supuesto vivir.Gracias por tus palabras Garbi
Muchas gracias, Neka, por tus palabras y por tu experiencia.
Tienes razón. El primer paso para salir de un agujero es mirar para adentro y a llegar a ese territorio, como dices, ayuda la respiración. Además respirar es una herramienta que siempre nos acompaña. Muchas gracias por recordárnoslo. Un abrazo.