Escritura personal
Hoy quiero empezar con una pregunta: ¿y tú, para qué vives?
Es probable que te sorprenda. A muchas personas esta pregunta les deja sin palabras. Es curioso.
Estamos vivas, la vida es un privilegio y no sabemos para qué lo tenemos o, lo que es más importante, desconocemos qué sentido le queremos dar. ¿Te das cuenta de cómo vamos por este planeta?
Vamos en modo automático. Si me lo permites, como pequeños grandes autómatas. Como una zombie, como digo yo cada vez que me descubro viviendo de esta manera.
¿En qué se nota? Obsérvate cada vez que despiertas cada mañana. Llegas hasta el espejo y, cuando te ves reflejada en él, ni siquiera te sonríes. Acabas de renacer a un nuevo día. El espejo te lo está recordando y no te das la bienvenida con una sonrisa. Sonríete a ti misma, siente en tu piel y en tu alma que se te ha dado un día más en el paraíso. Alégrate preguntándote : ¿qué oportunidades me traerá este nuevo día?
Y cuando ya estés en la calle en tus ocupaciones diarias no sigas en modo automático. Proponte tener muestras de amabilidad con personas que están ahí, junto a ti, y que ni siquiera conoces. Sonríeles, ¿por qué no?, cédele el paso a alguien o el lugar en la cola del súper.
Y cuando vuelvas a pasar por ese rincón por el que pasas todos los días, proponte descubrirlo. Míralo con una mirada nueva, como si fuera tu primera vez. Repara en ese parque donde ya están brotando los árboles y hay una ternura muy hermosa en sus yemas recién salidas. Descubre algún detalle bonito en una fachada o una luz especial en el cielo de este nuevo día.
Cada vez que haces estos pequeños gestos estás saliendo del modo zombie o automático. Estás abriendo los ojos del alma y la conciencia. Estás viviendo con sentido, con el sentido que tú quieres dar a la vida. Y cuando sigues por este camino es fácil responder a la pregunta que te hacía al principio: y tú, ¿para qué vives?
Coge lápiz y papel y escribe tus razones.
Yo vivo para expresar mi creatividad, para ser libre y sentirme feliz. ¿Y tú?
En este instante hay muchas puertas abiertas para que las franquees y empieces a vivir como tú quieres. No hablo de hacer cosas «grandiosas» o «importantes»; hablo de lo pequeño y humilde que es lo verdaderamente grande.
Son actitudes que están en tu mano, que las puedes repetir a cada instante y que sumadas acaban produciendo un cambio importante.
Una herramienta muy valiosa para despertar del modo automático es la escritura personal.
Está pensada para que regreses a tu calor interior, a tu centro. A ese espacio interior donde tomas consciencia de que eres una mujer completa y sientes tu poder personal, lo tomas y lo ejerces. La escritura personal es la herramienta para renacer desde lo íntimo al lugar que te pertenece.
En Palabras a la Vida tenemos una Escuela de escritura personal, la única de la red. Al menos yo no he encontrado otra. Y nuestras propuestas creativas, a través de la escritura, están diseñadas para que tus palabras cuenten en tu evolución como persona y sean una luz para llegar con nitidez a lo que te hace feliz.
Es una Escuela on line y nuestros cursos también lo son.
El Curso Escríbete y Vivirás mejor es el tuyo si quieres creer en ti y vivir desde la confianza y la libertad que da elegir esta opción. Te sentirás una mujer esplendorosa y magnética para ti y para los demás. Atraerás lo que te hace feliz.
El Curso El Yoga de las Palabras es para ti si quieres reconectar con la paz interior, la calma, el equilibrio, la serenidad y la belleza. Está pensado para dejar atrás agobios, prisas, corazas y sentirte en armonía y muy hermosa.
El Mantramail es nuestro regalo por visitar la Escuela y echar un vistazo a nuestros cursos. Para sentirse bien hay que pensar bien y el Mantramail son gotas de inspiración para que empieces a pensar en positivo y sacándote brillo.
Si te suscribes a Palabras a la Vida, que es gratis, podrás probar la escritura personal. Por suscribirte te regalo tres ejercicios de escritura personal para que te hagas una idea de lo que te estoy hablando.
Y no olvides mi propuesta de esta semana : pregúntate para qué vives, y, luego, relativiza, como decía hace unos días en una entrevista el psicólogo clínico Ferrán Salmurri:
«Hemos de aprender a controlar el egoísmo, las emociones, la inseguridad. Entender que NADA EXTERIOR A TI MISMA te va a dar la felicidad de manera estable»
Ferrán Salmurri, psicólogo clínico.
Deja una respuesta