Se hincó de rodillas en la arena mojada a la orilla del mar. Pidió a Dios que la librara de la fuerza destructiva y limitadora de sus propios pensamientos negativos.
Sabía que como ser humano podía pensar cualquier cosa. Tenemos esa libertad y potestad pero también conocía el precio.
No hay pensamiento neutro. Todos dejan su huella y toman cuerpo en algún nivel.
– «Si piensas desde el miedo producirás miedo, angustia, sabotaje, limitación» -recordó las palabras de la mujer chamán-
– «Si piensas desde el amor crearás amor, autenticidad, paz interior, plenitud» -volvieron a su mente las palabras de la sabia mujer-
Cada cual creamos lo que creemos y recibimos de la vida lo que le entregamos. Por eso también sabía, gracias a la mujer chamán, que cuando sentía que el amor la había abandonado era porque, en la misma medida, ella se estaba alejando del amor.
– «Da un paso hacia la vida – le aconsejó la sacerdotisa- y la vida dará diez hacia tí».