EN DÍAS DE MIEDO, CONECTAR CON LA BONDAD AYUDA
A veces, siento piedras en el pecho, cerca del corazón. Es como si el miedo lo cerrara y endureciera.
Y con ese peso tan atroz, no puedo dejar de pensar en las vidas que se están yendo, y pienso en su soledad mientras se iban, y en la de sus familiares, condenados a la distancia cuando más se necesita la calidez cercana de un abrazo.
Y, entonces, surgen mis lágrimas y las siento cálidas, y quisiera que ese aporte de calor llegara a hombros de mis palabras hasta sus corazones. Para decirles que, aunque lo pudiera parecer, nadie muere solo, alguien me lo contó una vez y, desde entonces, me gusta pensar que cuando nos tenemos que ir siempre están ahí los que se fueron antes, para acogernos y ayudarnos en el tránsito.
Y a todas esas familias les mando luz. Es un ejercicio que me han enseñado en la meditación. Imaginarme una bola de luz blanca cerca del corazón y enviar sus rayos de ternura, de amor, de cercanía, de comprender por lo que se está pasando, de aceptar la debilidad, de estar en el sufrimiento. Rayos de luz para que sepan que no están solos, para que sientan que, aunque los demás estemos obligados a la separación, en realidad somos uno con ellos y tomamos su dolor.
En estos días es fácil tener la sensibilidad a flor de piel y llorar a cada instante. Me emociona tremendamente la gente que me cuida y que cuidan de quienes por una razón o por otra, somos más vulnerables. Me conmueve cómo salen a la calle para comprarnos la comida o los medicamentos. Me emociona cómo se exponen por nosotros. Cómo nos intercambian mensajes de apoyo, de empuje y hasta de humor.
Nos estamos volviendo más visibles los unos a los otros. Es como si nos dijéramos con mayor nitidez, «te estoy viendo, estás ahí y te ofrezco mi presencia. No estás sola, no estás solo. Tienes mi acompañamiento.»
Son días de emociones intensas y de miedos descomunales. A veces la cabeza se me embala de un pensamiento a otro y a cada cual peor. Entonces, me acuerdo de cuando mi amiga Marisa me dice lo importante que es pensar con cordura.
Hoy me ha wasapeado otra amiga: Cecilia, de México. Y es la razón principal por la que ahora estoy escribiendo. Me ha dicho que extrañaba mis palabras y por eso, intentando superar el miedo, me he puesto a escribir. Esto va por ti, queridísima Cece 🙂
Me contaba que ha querido «escuchar» a la Baraja ZEN de Palabras a la Vida y la Baraja le ha entregado una carta, precisamente la que más necesitaba yo hoy. Cuando la ha compartido conmigo he sentido que es lo que mi alma andaba buscando. En medio de la zozobra , me ha traído paz.
Cecilia también me ha propuesto que me refugiara en mis lugares mágicos, en esos «sitios» que se me vuelven especiales. Y, para inspirarme, me ha mencionado algunos de los suyos, como el sillón rojo de su sala o cuando ve el paso de las nubes desde la ventanilla de un avión.
Entonces he conectado con su bondad: con la suya y con la de las personas y los seres, como los animales, con quienes comparto mi vida, y que estos días con sus palabras, con sus llamadas, con sus gestos…con todo lo que pueden, la muestran y la despliegan. He decidido que, a partir de ahora, su bondad será algunos de mis lugares mágicos y cuando los frecuente, sentiré protección. Muchas gracias por tu consejo, querida Cecilia.
Nuria Bueno dice
En estos días el dolor es de todos, y también la solidaridad. Yo os envío mi luz desde Córdoba, con todo cariño y esperando que esto pase pronto. Un abrazo.
Palabras a la Vida dice
Muchísimas gracias, Nuria. Recibo tus palabras como un bálsamo y me gusta cuando frente al dolor, nos señalas la solidaridad. Tienes razón, es un camino para la esperanza. Muchas gracias por destacarlo y por enviarnos tu luz y tus buenos deseos desde Córdoba. ¡Un abrazo grande!
Marjorie dice
Sabias y hermosas palabras las de esta entrada. Hay que aprender a conectar con la bondad de las personas y de todo lo que tenemos alrededor: las plantas, los animales, el cielo, el atardecer…. Todo nos llena de paz y amor y el miedo fluye sin quedarse en nosotros. Bendiciones de Abundanci hoy y siempre. Gracias
Palabras a la Vida dice
Mi querida Marjorie:
Muchas gracias por tus palabras y por compartirlas. Me gusta cuando dices que conectar con la bondad evita que el miedo se quede en nosotros. Es cierto: la bondad nos salva. Muchas gracias por recordárnoslo. ¡Un abrazo grande!
Cecilia dice
Mi querida Garbi me sacas las lágrimas…son lágrimas llenas de gratitud ..de esperanza…de alegría en estos momentos especiales en dónde lo único que deseo es que mi ser sirva para animar a los demás y tus palabras a la vida me enternecen y estremecen.
Gracias a ti también por tus enseñanzas … porque tus palabras a la vida han sido parte fundamental para que yo pueda compartir algo amoroso y positivo !!
Aquí estamos …no estamos solos …y que la fuerza del amor y la compasión sean el motor para salir sanos, y salvos de ésta sacudida que nos da la vida !!
Te quiero mucho!
Palabras a la Vida dice
Mi querida Cecilia:
Tienes un don especial para transmitir alegría y levantarnos el ánimo y te lo agradezco de corazón. Tus palabras están llenas siempre de generosidad, de cariño y de cercanía y eres un ejemplo de que la distancia y los muros, como a los que nos obliga el confinamiento, se pueden aliviar con el cariño y los gestos amorosos. Muchas gracias por recordarme que no estamos solos.
Yo también te quiero mucho. Un abrazo enorme.
Maria Selles Sorli dice
Es verdad ahora es totalmente distinto, el confinamiento, no poder estar y abrazar a las personas que quiero, soy la única que salgo y me expongo pero con protección (mascarilla y guantes), para comprar lo necesario en mi casa con mis padres, y llevarle comida a mi Tío que vive solo pero muy cerca de mi casa, lo veo todos los días. Es tremendo este agobio la realidad supera la ficción, y sigue ampliándose el estado de alarma, con ello, el taller de empleo al que asisto sigue suspendido y realizamos las tareas online.
Seguiremos aguantando, no queda otra, ya te seguiré contando…gracias por todo.
Palabras a la Vida dice
Querida María:
Me alegra que tú y los tuyos os encontréis bien de salud. Me conmueve que estés cuidando de tus padres y de tu tío. Es una muestra de entrega, generosidad y valentía en unos momentos en los que se vuelve esencial la atención a los más vulnerables y en los que nos necesitamos tanto los unos a los otros. Muchas gracias por tu labor.
Es cierto que el virus está truncando bastantes de nuestros planes y proyectos y lamento que haya dejado en suspenso tu taller de empleo. Deseo que llegue el momento en que lo retomes y te ayude a salir adelante.
Muchas gracias por seguir Palabras a la Vida y por hacerme llegar tu comentario.
Cuídate, María, y ¡¡ un abrazo enorme !!
Isabel Garcia Garcia dice
Querida Garbi, no me he olvidado de enviar este comentario. No he querido hacerlo hasta que no han pasado muchos dias, para poder escribir con calma. La bondad de las personas no hace ruido, está llena de paz, y es muy bueno descubrirla, en especial en estos dias que nos sentimos tan frágiles e indefensos. Estos dias me he visto rodeada de sombras, y me he dado cuenta de que forman parte de la vida, que a veces, lo menos bueno, nos da la justa medida de lo maravilloso.
Trataré de ver la maravillosa lección de vida de estos dias, a pesar de las sombras que me han invadido.
Te envio mis mejores deseos de salud y trabajo.
….y el más grande de los abrazos.
Isabel.
Palabras a la Vida dice
Mi querida Isabel. Siempre me conmueve lo que escribes. Te lo agradezco de corazón.
Mi respuesta llega meses después de tu comentario, pero tus palabras, como los grandes clásicos, no pierden vigencia porque rezuman sabiduría, y por lo sabio, no pasa el tiempo. Me encanta cuando dices que la bondad no hace ruido. Necesitamos su silencio, su discreción, su calidez. Ahora y siempre.
Yo también estoy en eso de atravesar mi sombra. Es la única manera de llegar a la luz y por lo que me han explicado va en ese orden: primero, sombra y luego, llegar a la luz. No cejemos en el empeño. ¡¡ Un abrazo enorme !!