CARTA CON AROMA A FELICIDAD
Cuando en la infancia escribía cartas creía que era la única forma de romper las distancias. Distancias en kilómetros o de cualquier otro tipo de obstáculos, como los que solemos interponer entre corazón y corazón.
Una carta es ese papel que nos permite envolver nuestros sentimientos. Hacer un paquetito con ellos y decirle a su destinataria o destinatario, «toma, aquí los tienes». O mejor dicho, «toma, aquí me tienes. Esta es mi presencia, toda para ti, porque me importas».
Hacerse presente para el otro. ¿Te has dado cuenta de que la palabra presente también significa regalo?
En estos tiempos de distancias y ausencias, añoro las cartas. Echo en falta la calidez que portan en sus alas, cuando vuelan de corazón a corazón. Extraño el universo que las sostiene, de calorcito, de intimidad, de proximidad, de fusión. Por eso estas palabras quieren ser una carta para ti.
Una carta solo sabe de puentes, y esa es la razón por la que su aroma se me ha hecho tan presente después de hablar por teléfono con mi amiga Mar. Como te estará ocurriendo a ti con tus amigos, no nos podemos ver, porque es tiempo de no sobrepasar fronteras.
Pero en el mundo de las cartas no hay límites ni restricciones. Por eso, lo estoy invocando, por si pudiera hacernos un poquito más felices.
El otro día hablando por Skype con mi amiga Elena, le dije que, a veces, temía no ser valiente. «¿Sabes qué es ser valiente?» –me respondió ella–, y añadió: «Ser valiente es luchar por ser feliz».
¡Guau! Esa respuesta tan hermosa me conmovió de raíz. E hizo que me preguntara: «¿Estoy luchando por ser feliz?». Si me lo permites, te invito a que te formules tú también la misma pregunta.
Es tiempo de distancias, de fronteras, de limitaciones, de restricciones, de ausencias, de lejanía… Pero, sobre todo, es tiempo de acudir a las barricadas de la felicidad, de luchar en cuerpo y alma por ella.
Mi amiga Elena me ha pertrechado de buena munición. Me ha recomendado dos ejercicios que tienen que ver con la gratitud. Porque no hay camino más directo a la felicidad que la práctica de la gratitud.
Cada mañana al despertar dar las gracias por cinco cosas. Este es el primero de los ejercicios y el segundo será recordar ,cada noche, tres cosas agradables que te hayan ocurrido durante la jornada. Al seleccionar esas tres cosas agradables deberás buscar el valor que hay en ti que ha hecho posible que disfrutaras de ese acontecimiento.
Por ejemplo: Ha sido muy agradable la comida que mi pareja ha preparado para mí porque soy capaz de disfrutar de una buena comida. Es importante señalar la cosa agradable y luego añadir el argumento «porque soy capaz de…» o «porque yo soy…»
¿Te apuntas a las barricadas de la felicidad? Yo ya estoy en ello y he empezado con la práctica de este par de ejercicios. Son cosas de Elena, una mujer sabia y llena de compasión. Algún día ya te contaré quién es.
Me apunto a las barricadas de la felicidad.
Soy valiente, porque quiero ser feliz.
Gracias Garbi, mi domingo ha recobrado la luz que ayer noche se apagó.
¡¡Viva esa Maite valiente que quiere ser feliz!! Y muchas gracias por la claridad con la que lo declaras. Nos ayuda a todas a reafirmarnos en el mismo compromiso. Te agradezco tus palabras y tu luz. Me alegran y me contagian. Un abrazo grande!!
Gracias por la carta, me ayudas muchísimo me he dado cuenta que puedo luchar más por ser feliz, y practicaré la gratitud, y te iré contando como me funciona.
¡¡ Hola, María!!
Muchas gracias por tus palabras y por tu compromiso con la gratitud y la felicidad.
Yo también estoy haciendo los ejercicios, así que me encantará que me cuentes cómo te resultan a ti.
Me alegra mucho que me digas que encuentras ayuda en Palabras a la Vida. Esto es una red en la que todos nos ayudamos. Un abrazo grande!!
Me gusta mucho tu carta Garbi pero está frase en especial «Es tiempo de distancias, de fronteras, de limitaciones, de restricciones, de ausencias, de lejanía… Pero, sobre todo, es tiempo de acudir a las barricadas de la felicidad, de luchar en cuerpo y alma por ella.»..es preciosa.
Gracias, gracias, gracias por hacernos vibrar así a nosotras que sentimos la escritura llena de amor y emociones.
Hola, apreciada Ana:
Me hace mucha ilusión tu visita y tus palabras. Y me alegra que te hayas sentido a gusto con la lectura de la carta. Muchas gracias por transmitir en este comentario tus sentimientos y tu pasión por la escritura. Como dices en «Relatos de Atenea», escribir es crear un mundo en el que sentirnos felices. Para mí es ese lugar en el que siempre encuentro calorcito, sobre todo, cuando más lo necesito. Deseo que continúes abrigándote con las palabras y que en ellas encuentres cobijo y bienestar. Son tiempos complicados y sé que en tu trabajo, por lo que me comentaste una vez, te irás encontrando con historias difíciles. Es mi deseo que en el alma de las palabras encuentres la fuerza interior necesaria para ayudar en lo que puedas a mejorar la vida de otros.
Un abrazo enorme y muchas gracias por estar ahí.