CARTA AL NUEVO AÑO
¿Recuerdas cuando volabas?
¿Te acuerdas cuando volabas?
O cuando escuchabas los pasos de tu Rey Mago en una habitación, o cuando soplabas la flor del diente de león para enviar por el aire mensajes bonitos.
¿Y cuándo metías los pies entre las hojas secas y entonces caminabas sobre un mar que te susurraba cosas? O cuando las gotas de lluvia cantaban canciones que tú tenías que adivinar.
¿Te acuerdas? Eso sí que era ilusión.
Se la pido a este cambio de ciclo que es el nuevo año. Que no se me olvide encontrar la magia en cada cosa. Que la halle cada vez que pose mi mirada sobre la gente que quiero, como si los viera por primera vez y los estuviera descubriendo. Como cuando te enamoras, que todo te sorprende del otro.
Creo que mantener viva la ilusión es uno de los principales desafíos que se nos presenta cuando vamos cumpliendo años . Se nos vuelve necesaria una mirada nueva, porque las miradas viejas aplanan, ponen etiquetas, sacan a pasear prejuicios y limitan, a una, a los otros y a la vida.
Quiero una mente de principiante, abierta a la sorpresa, que nutre la magia y llena de posibilidades. Le pido al nuevo año que me ayude a cultivarla.
También quiero tener más presente mi capacidad de amar. Y amar con atención plena. Abrirme a lo que hay. Y lo que hay es la presencia de esa persona a quien amamos. Voy a observarla, a escucharla, a sonreírle, sin expectativas, sin juicios, sin esperar que se comporte de ninguna manera. Estando ahí para ella. Creándole un espacio, sin ocupárselo.
Y cuando cada día aparezcan momentos difíciles, porque aparecen, — es parte de la vida — pensaré que son mi práctica de amor. Serán momentos para educarme y trabajar en mí. Así seré mejor persona y podré pensar que aquellos a quienes amo, van a poder compartir sus vidas con alguien que mejora, que trabaja para ser más bondadosa. Será una manera de contribuir con mi vida a las suyas.
También le pido al nuevo año una mejor relación con los errores, con los míos y con los de los demás.
Quiero aprender a mirar las faltas con los mismos ojos con los que una madre contempla los errores de su niño. Con ternura, con comprensión, porque en el Club de la Vida, errar es natural. Lo que importa es qué hacemos con ellos. Por eso, le pido al próximo año que los errores me sirvan de material de reflexión, para conocerme mejor y evolucionar.
Creo que nos hace bien pararnos y mirarnos por dentro. Y recordarnos a menudo hacia dónde queremos ir y para qué estamos viviendo. Simplemente para comprobar si estamos en ese camino. Y si sentimos que nos hemos apartado de él, ponernos manos a la obra para volver a nuestra vereda. Es lo que nos acerca a la paz y la felicidad.
¡Feliz Año Nuevo! y volviendo al principio, …¿te acuerdas cuando volabas?
Maricela Frafán González dice
Hola!: Me parece genial tu propuesta sobre trabajar en nuestra capacidad de AMAR, no es fácil, pero vamos a intentarlo y a ponerle entusiasmo y trabajo para poder crecer y evolucionar a planos de mayor plenitud de vida individual y poder tener una convivencia con el prójimo mas auténtica y saludable. Me encantaría que trataras mas temas relacionados de como debe ser nuestra actitud de amor en situaciones de desilusión, de heridas emocionales y los límites que podemos poner sin perdernos en el camino y sin dejar que el corazón se enfríe. Gracias por todo lo que has y aportaras en nuestras vidas. Abrazo fraternal y saludos cariñosos desde México.
Palabras a la Vida dice
¡Hola, Maricela!
Muchas gracias por tus palabras y por haber decidido compartirlas 🙂
Tienes razón: trabajar en la capacidad de amar requiere dedicación. Yo también estoy en ello, viviendo y aprendiendo. Pero cuando experimento los momentos de amor auténtico, siento que merece la pena, que eso es lo que me hace verdaderamente feliz y le da sentido a mi vida. Así que ¡a por ello, Maricela! Lleguemos hasta donde lleguemos, unos días mejor y otros no tanto, pero que claramente sea nuestra prioridad 🙂
¡Claro que volveré a hablar del amor! Seguro, porque es el motor de la vida, ¿verdad?
Escribo sobre lo que voy sintiendo y me va saliendo, porque me ayuda, y antes o después el amor, volverá a surgir 🙂
Muchas gracias por tu comentario, Maricela, y ¡¡ un abrazo grande !!
Ana Monica dice
me encanta esta carta la encuentro llena de humanidad, de conexión interior y de sentido y propósito, gracias por incluir lo que a veces se pierde en lo cotidiano, la ternura, mirar los errores con benevolencia, estar ahí, para si mismo, como compañero del propio viaje, Gracias, Gracias, Gracias
Palabras a la Vida dice
¡Hola, Ana Mónica!
Muchas gracias a ti por tu aprecio, por tu sensibilidad y por las cosas tan bonitas que expresas en tu comentario.
Me alegra que te haya gustado la carta y que cada persona la enriquezcáis aportando vuestro sentido.Es como si fuéramos entrelazando corazones 🙂 Muchísimas gracias por compartir tus palabras. ¡¡ Un abrazo grande !!
Isabel Garcia Garcia dice
Qué post más interesante, inteligente y bonito. Empezar el año nuevo con estos propósitos es realmente emocionante, Me has animado a seguir trabajando en respetar el espacio de la persona querida, no hacer criticas ni juicios innecesarios y abrazarlo muchas veces sintiendo que el amor pasa de unos brazos a otros. Y recordar que un día nos juntamos porque nos amábamos mucho. Tampoco hay que perder la ilusión por vivir, ver cada dia la vida con ojos de niño, y buscar esas sensaciones tan entrañables que si las sabemos buscar están ahí acompañándonos siempre. Te/os deseo un Feliz Año Nuevo a toda la familia de Palabras a la vida lleno de experiencias y cosas bonitas.
Muchas, muchas gracias.
Un abrazo enorme querida Garbi.
Palabras a la Vida dice
Infinitas gracias a ti, Isabel.
¡Aportas tanta belleza!
Todo mi cariño 🙂 y mi gratitud.